El PP completa el fichaje de los primeros espadas de Ciudadanos en Andalucía

Las cifras no engañan: de los cinco consejeros que Ciudadanos tenía en el Gobierno de coalición con el PP durante la pasada legislatura, tres ya han encontrado un puesto en el Ejecutivo andaluz: Juan Marín, Rocío Blanco y Rocío Ruiz. Solo quedan fuera de la Junta dos, justo quienes tienen puestos como catedráticos en la Universidad y que han regresado a sus tareas docentes e investigadoras, Rogelio Velasco y Manuel Alejandro Cardenete.

La primera que confirmó su continuidad en la Junta y, además, repitió en su puesto fue Rocío Blanco. Consejera de Empleo independiente pero a propuesta de Cs, consiguió darle un giro de 180 grados a su departamento. Durante su mandato la legislatura pasada pasó de ser el epicentro de los casos de corrupción en los pasados gobiernos del PSOE a convertirse en un máquina engrasada de ejecución de medidas. Especialmente notable fue la gestión robotizada de decenas de miles de ayudas a los trabajadores durante lo más grave de la pandemia de Covid-19, aspecto del que, además, están especialmente orgullosos en el equipo de la consejera.

Pero Blanco no solo repite como consejera. Además entró en la dirección nacional del PP, donde es la nueva responsable de Trabajo, área que depende de Juan Bravo, quien fuera compañero suyo en el Consejo de Gobierno como titular de Hacienda.

También ha encontrado acomodo en un puesto público la exconsejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz. Es, desde la pasada semana, tras su aprobación en el Parlamento, consejera del Consejo Audiovisual de Andalucía a propuesta del PP. Ruiz, consciente de que su experiencia política y profesional está alejada de los medios de comunicación, aseguró cuando fue propuesta que pretende aportar su visión de compromiso con los menores, las mujeres y los mayores a su día a día en el Consejo.

Además de consejeros, en el Gobierno andaluz también hay multitud de cargos intermedios de Ciudadanos que se han mantenido en la Junta. Es la mejor prueba de la buena relación que hubo la pasada legislatura entre PP y Cs. Hay muchos anónimos -asesores y personal de confianza que hoy día siguen trabajando en San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta, o en las distintas consejerías donde se desempeñaban antes de las pasadas elecciones de junio.

Pero también otros con perfil público. Es el caso de Javier Millán, quien fuera candidato a la Alcaldía de Sevilla por Ciudadanos. El sevillano fue delegado territorial de Justicia, Administración Local y Función Pública en la pasada legislatura y, en esta, repite el mismo cargo. De hecho, Millán abandonó las filas naranjas y, además, se afilió al PP.

Otro ejemplo es el de Teresa Pardo, quien fue portavoz del grupo parlamentario y ahora es delegada de la Junta en Málaga. O el de Sergio Romero, quien también ejerció de portavoz de los naranjas en el Parlamento y ahora es director del Instituto Andaluz de la Juventud en Cádiz.

Lo que funciona, no hay que cambiarlo. Es un mantra que repitieron desde las filas del PP cuando se configuró el actual Ejecutivo. Y eso incluía a quienes, aun habiendo sido cargos de Ciudadanos, funcionaron bien en sus puestos. A todos ellos se les ha intentado encontrar acomodo para que sigan trabajando en el Gobierno andaluz.