Patricia del Pozo: «No fue un error unir Turismo y Cultura en una Consejería»

—Regresa a la Consejería de Cultura, donde dejó un buen recuerdo en el sector, por talante y sensibilidad durante la pandemia, ¿han pesado esas cuestiones en la decisión del presidente para que vuelva a esta cartera?

—Tenemos un gran presidente en Andalucía, que sabe perfectamente el gobierno que necesita en cada momento. Primero me puso en Cultura y Patrimonio Histórico y después en Educación y Formación Profesional. Ahora me ha vuelto a encomendar el privilegio de Cultura y me ha añadido, además, Deporte. La decisión del presidente va guiada por donde considera que mejor hacemos nuestro trabajo en cada momento. Si me pregunta a título personal, me siento profundamente agradecida, inmensamente feliz, he tenido la suerte de protagonizar el primer gobierno del cambio en una de las consejerías más maravillosas y luego la suerte de que me encomendara la inmensa responsabilidad de llevar Educación, donde se ha hecho un buen trabajo estos dos años, y después de todo eso, me permite volver a Cultura y me da además Deporte.

—¿Fue un error unir esas competencias en una sola consejería?

—No considero que fuera un error unir las consejerías. El deporte y el patrimonio tienen mucho que ver con el turismo en Andalucía. Gran parte de los turistas que recibimos vienen por la cultura o el deporte, lo que se ve, por ejemplo, celebramos una final de la Copa del Rey o las motos GP. Esos eventos tienen un tirón turístico impresionante. Ahora se está celebrando la Bienal que es un acontecimiento internacional. El turismo casa con todas esas materias porque son los motivos que desencadenan las visitas. No creo que fuera ningún error. En aquel momento el presidente lo entendió así y verdaderamente pueden estar juntas porque se complementan perfectamente. Ahora el presidente ha entendido que necesita unir el turismo con acción exterior, y unir deporte, cultura y patrimonio.

—La crisis de gobierno afectó a materias sensibles para los ciudadanos, como la sanidad, la educación y la cultura, ¿estaba motivada por mejorar la gestión de esos asuntos?

—Los gobiernos no pueden ser estáticos, tienen que adaptarse a las necesidades de cada momento. Y el presidente tiene esa capacidad y liderazgo para saber dónde nos tiene que poner en cada momento, porque nos conoce perfectamente y lo que necesitan los ciudadanos. Estoy convencida de que responde a que se necesita ajustar el gobierno a unas necesidades concretas. No creo que haya que buscarle ninguna otra interpretación. El gobierno tiene que ajustarse a los cambios sociales y al devenir de la legislatura. Son ajustes dentro de la propia normalidad.

—Si se consolida el acuerdo para que Cataluña tenga un cupo similar al vasco y navarro, ¿cómo va a afectar eso a la Cultura en Andalucía?

—El que se cierre ese sistema de financiación bilateral en favor de una comunidad va a perjudicar al resto del país y, muy especialmente, a Andalucía, que lleva ya años infrafinanciada desde que se cerró el sistema actual. Llevamos años perdiendo en torno a 1.500 millones anuales. Se han perdido casi 20.000 millones de euros. Esto puede afectar muy negativamente, porque a la situación puede empeorar y tener consecuencias para nuestros servicios públicos: sanidad, educación, dependencia...

—¿Y en el ámbito cultural?

—Si no tenemos los recursos que necesitamos para dar los servicios públicos y que nos corresponden por derecho en un sistema de financiación justo y solidario, se van a ver mermados todos los servicios públicos y eso también se dejará notar en la cultura. Por eso, es muy importante que se celebre de una vez por todas la conferencia de presidentes que ha pedido Juanma Moreno ya no sé en cuántas ocasiones, para que se modifique el sistema de financiación autonómica con la participación de todas las comunidades autónomas, de manera multilateral y por consenso.

—Una de sus primeras iniciativas en Cultura ha sido repensar el plan para cobrar entrada en los museos y conjuntos arqueológicos que usted planteó y desarrolló su antecesor.

—Repensar no es la palabra es afinar. Llevamos un mes y medio en la Consejería y tenemos encima de la mesa todos los expedientes y grandes cuestiones que se han ido trabajando en estos dos años. Lo único que estamos haciendo es simplemente afinar para que cuando se publiquen esté todo perfectamente terminado.

—Había dos cuestiones que eran esenciales para usted: que ningún andaluz se quedara fuera de un museo por capacidad económica y que lo recaudado se reinvirtiera en conservación.

—Eso es muy importante y tiene que estar bien contemplado. En esos dos requisitos siempre ha hecho hincapié nuestro presidente.

—¿Tiene ya una horquilla de precios y posibles bonificaciones?

—Seguimos trabajándola en la misma línea que ya comentó mi compañero Arturo Bernal que es bastante moderada y aceptable. Estamos convencidos de que es un tema absolutamente normal. Cuando entras en un museo de fuera de la comunidad o de nuestro país hay que pagar por disfrutar de esos espacios. No estamos hablando de algo que sea anormal, sino una práctica absolutamente habitual.

—¿Y se podrá poner en marcha en esta legislatura?

—Estamos trabajándolo, a mí no me gusta hablar de plazos, esa es la intención que tenemos. No me gusta hablar de plazos porque los expedientes administrativos llevan mucho tiempo y tienen parones. Es un proyecto que queremos poner en marcha, en cuanto esté se implantará. Prefiero ser prudente.