En toda Andalucía
Los altos precios desatan el pillaje en el campo andaluz: roban desde aceitunas a cobre
Bandas muy profesionalizadas sustraen también bombas de riego, placas fotovoltaicas y transformadores eléctricos de las fincas
Los equipos ROCA de la Guardia Civil y los agricultores reivindican más efectivos para garantizar la seguridad en el campo
Gran robo de aceite en Carcabuey: uno de los detenidos es un extrabajador de la almazara asaltada
Una de las operaciones de la Guardia Civil contra los robos en el campo
El año agrícola en Andalucía ha arrancado marcado por tres factores que mantienen en vilo a todo el sector: costes por las nubes, sequía y robos. El alto valor que están alcanzando los productos agrícolas, y que se prevé que siga aumentando en los ... próximos meses, ha hecho que la aceituna o la naranja, sobre todo, sean objetivo prioritario para los ladrones.
«Es un año muy malo, con menos cosecha, poca agua y mucha inseguridad», asegura Felipe Gayoso desde la organización agraria Asaja Sevilla. En las últimas semanas, de hecho, son muchos los que han adelantado el verdeo (cosecha de la aceituna de mesa) ante la posibilidad de que le robasen antes de que les diese tiempo a iniciar la recogida.
Y es que, a pesar de que los delitos en el campo son una constante, este año el riesgo se ha intensificado. La aceituna de mesa, que se está comercializando en los últimos días a 1,10 euros el kilogramo, (el año pasado su precio estaba por debajo de los 70 céntimos el kilo) se ha convertido en un objeto muy codiciado, sobre todo en zonas de Sevilla y Jaén.
Los cítricos
En el caso de las naranjas, los productores andaluces confirman que ya se está «empezando a tocar», es decir, a tantear por parte de los ladrones las fincas donde pueden acudir, por lo que prevén una cosecha citrícola muy complicada.
A esto hay que sumar que el mes de octubre es el pistoletazo de salida para la nueva campaña oleícola en un año en el que, como es sabido, el aceite de oliva está alcanzando precios históricamente altos. A más de 10 euros la botella de aceite de oliva, y subiendo, el 'oro líquido' ya se ha convertido en un objetivo claro para los delincuentes.
De hecho, esta misma semana se ha conocido una operación de la Guardia Civil en la que se ha detenido a dos personas, e investigada a otra, por el robo de 56.000 kilos de aceite de oliva virgen extra en la almazara Marín Serrano El Lagar, del municipio cordobés de Carcabuey. «Ha sido algo muy preparado, cuando se traslada aceite hace falta mucha documentación tanto del producto como del vehículo», aseguraba el gerente de la almazara, Martín Parras. Las pérdidas podrían superar los 500.000 euros, detallaba, y todo parece indicar que se habían utilizado camiones cisterna, dado que el aceite de oliva no estaba embotellado ni envasado. Uno de los detenidos es, además, ex empleado de la propia almazara.
Apenas un día después, se conocía una operación de un Equipo ROCA de la Guardia Civil en la que se investiga a siete personas por la sustracción de cerca de 500 kilos de aceituna de cornezuelo en explotaciones de olivar situadas en los términos jiennenses de Pegalajar y Jimena. A uno de ellos se le investiga, incluso, por la falsificación del Documento de Acompañamiento al Transporte (DAT), una de las herramientas clave para garantizar la procedencia de los productos.
Ladrones más profesionales
Esta 'profesionalización' y los nuevos métodos parece que se han extendido por todos los delitos que se dan en terreno agrícola. Desde Asaja Sevilla destacan, por ejemplo que las bandas que se dedican a robar en explotaciones de toda la provincia (desde la Campiña hasta la comarca del Aljarafe), utilizan estrategias nunca vistas hasta ahora, algo que también tienen en cuenta las Fuerzas de Seguridad del Estado.
En uno de los últimos casos, cerca de la capital, los ladrones utilizaron un tijera neumática (las mismas que usan los bomberos y que, se sospecha, procede del mercado negro), para cortar los barrotes que impedían el acceso a la finca. Además, usaron un soplete. «Contra este tipo de acciones no hay reja de casa, o de finca, que les impida acceder al interior», lamenta Gayoso.
También se ha hecho tristemente frecuente el uso de vehículos todoterreno robados para romper las puertas de los cortijos.
Los propios agricultores tienen controladas varias bandas, sobre todo de procedencia extranjera, que se dedican no solo a sustraer productos, sino también todo lo que lleve cobre: desde bombas de riego hasta los transformadores eléctricos o las placas fotovoltaicas instaladas muchas fincas.
Operación de un Equipo Roca en un olivar andaluz
Miles de euros en pérdidas
Las pérdidas por robar un transformador eléctrico, por el que apenas le dan después 300 euros en la chatarrería, ascienden hasta los 10.000 euros. Un daño crucial para explotaciones que están al límite en la cuestión financiera. A esto hay que sumar el lucro cesante: muchas veces son elementos que tardan en reponerse, en una cuenta atrás agónica por rascar algo de rentabilidad en una campaña muy difícil.
Para luchar contra esta oleada de robos, el sector trabaja mano a mano con los Equipos ROCA, las unidades de la Guardia Civil especializadas en los delitos que afectan a las explotaciones agrícolas y ganaderas. «El trabajo conjunto es fundamental para evitar que los daños sean mayores y, sobre todo, para prevenir», comenta Gayoso.
El temor que reina estas últimas en las explotaciones ha provocado que se recurra a la vía más 'tradicional', y se han creado varios grupos de Whatsapp, compuestos por agentes de los Grupos ROCA, agricultores y técnicos de la organización Asaja, para monitorizar lo que pasa en el campo cada noche.
En el grupo de la zona del Aljarafe, por ejemplo, hay más de 60 componentes, y más de un centenar en el de Arahal. «Es un método un poco rudimentario, pero ayuda a dar sensación de tranquilidad, a no sentirse tan solo», comentan. Sirven también de canal de comunicación entre los agricultores y los agentes, se pasan fotos de coches sospechosos que sirven, a grandes rasgos, para tener más controlada la zona. Incluso hay grupos de agricultores que han contratado seguridad privada por su cuenta.
Se necesitan más efectivos
No obstante, tanto los propios agentes de los Equipos ROCA como desde el sector agrario, emiten una reivindicación general: hacen falta más efectivos, los actuales son insuficientes para garantizar la seguridad en el campo. Y las reivindicaciones se suman a la situación de los cuarteles de la Guardia Civil. «Aunque, desde las organizaciones agrarias, siempre insistimos en la necesidad de denunciar, lo cierto es que muchos se desmoralizan porque hay cuarteles cerrados, tienen que ir a otro municipio, solo se inicia la vía judicial si se supera cierta cuantía...», lamenta el asesor laboral de Asaja Sevilla.
Actualmente, según fuentes del Instituto Armado, las investigaciones se centran tanto en las bandas de delincuentes como en los centros de receptación de las aceitunas robadas. Tal y como detallaban desde la propia Guardia Civil, se están realizando inspecciones en diferentes fábricas que se dedican a la compra de aceituna, y en las que ha podido constatar diferentes irregularidades en el registro y la presentación del DAT, por lo que se están confeccionado las correspondientes infracciones.
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