Ningún municipio de Andalucía está exento de sufrir casos de virus del Nilo esta temporada

Entre las novedades del actualizado plan de actuación en la comunidad, destaca el seguimiento de los casos leves para ganar tiempo en la propagación del mosquito

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Operarios aplicando biocidas en Andalucía ABC

Todos los municipios de Andalucía tendrán que incorporar al mosquito en sus programas de control de plagas para evitar la proliferación del virus del Nilo (VNO), de la misma manera que se hace seguimiento de la población de roedores, cucarachas u orugas procesionarias. Este ... cambio de abordaje se debe a que esta temporada ningún núcleo poblacional o término municipal de la comunidad está exento de la presencia de la enfermedad a corto, medio o largo plazo, de manera que, cómo mínimo, parten como zonas «en riesgo bajo».

Esta es una de las novedades del plan de vigilancia y control del VNO que se han repasado durante la jornada formativa celebrada en la sede de la Consejería de Salud y Consumo, en Sevilla, y que ha contado con la coordinación del director general de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, Manuel Fernández Zurbarán.

En ese sentido, el 'Programa de vigilancia y control de vectores de la fiebre del Nilo Occidental' sitúa este año a 103 localidades en riesgo alto, 313 en riesgo medio y otras 369 en el umbral mínimo. Este grupo más 'liviano' tendrá también que realizar un diagnóstico de los potenciales focos larvarios en los núcleos de población -y zonas aledañas-.

Conforme se aumenta el riesgo de tener mosquitos infectados con VNO -siempre respecto a esa consideración de punto de partida- se deben implementar otras medidas y ampliar el radio de actuación a un kilómetro y medio de las poblaciones.

Esto también se aplicará en las conocidas como 'áreas de alerta', zonas que, independientemente del nivel inicial, han notificado algún caso en mosquitos, aves, equinos o humanos. Para bloquear cualquier brote masivo, la 'alerta' durará cuatro semanas.

Manuel Fernández, en el atril, junto al resto de ponentes de la sesión formativa ABC

La sesión en la Consejería ha contado también con la presencia del subdirector de Protección en Salud, Ulises Ameyugo, que recordó que el virus del Nilo ya «no es una enfermedad exótica», por lo que se están redoblando los esfuerzos para identificar los casos. Por ejemplo, de 27 trampas se ha pasado a 120, que se colocan en puntos sensibles de las ocho provincias, «se dejan durante 24 horas y posteriormente se analizan para ver tanto la densidad de mosquitos como, a través de PCR, si tienen la enfermedad», explicó Ameyugo.

Estas pruebas no sólo tienen un beneficio inmediato, sino que además pueden trazar los tratamientos que están por venir. Tal y como explicó la jefa de servicio de Vigilancia y Salud Laboral, Isabel María Vázquez, «la secuenciación genómica de las muestras positivas por PCR es algo muy positivo, por ejemplo, para una futura vacuna».

Sólo un 1% sufre complicaciones neuroinvasivas

Después de que la coordinadora del PEVA, Carolina Sánchez, y el técnico de Salud ambiental David Macías, desarollaran otras cuestiones relacionadas con la vigilancia del VNO, el sistema de trampeo o el modelo predictivo de la evolución de la incidencia, llegaron las conclusiones a cargo del jefe de servicio de Salud Ambiental Pepe Marchena.

Aunque reconoció que la presente temporada se prevé intensa en este aspecto, recordó que las herramientas de prevención se han actualizado y blindado. Atrás queda aquella temporada de 2020 que puso todo el VNO, que obligó a poner en marcha un plan de actuación estrenado al año siguiente y completado con las experiencias de 2022 y 2023. «A todo ello se suma el análisis DAFO realizado el pasado 2024», añadió Marchena.

Por ello se ha optado por la clasificación de niveles y enfocarse en la búsqueda de casos que no revistan gravedad, «que generalmente estarán ligados a profesionales que pasan tiempo en zonas silvestres, donde pueden haberse contagiado», explica el director general, Manuel Fernández. «Hallar casos leves nos dará un tiempo extra, semanas de ventaja para iniciar la campaña de sensibilización, que las personas sepan que han de utilizar repelentes, poner mosquiteras...», agrega, siempre con el objetivo de evitar que la población tendente a las complicaciones neurológicas por la picadura -que suelen ser personas mayores con poco movimiento de su lugar de residencia- sea alcanzada por el mosquito.

En cualquier caso, ha concluido, «la sociedad debe ser consciente de que es un virus que se pasa de manera asintomática en el 80 por ciento de los casos, que sólo el 20% presenta síntomas leves y que únicamente en el 1% de los afectados llega a ser neuroinvasivo».

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