Los narcotraficantes, cada vez más violentos, se hacen fuertes en la costa andaluza

Desde Almería a Huelva, los 'narcos' se han hecho fuertes y ya ha dejado de ser noticia los videos descargando droga en cualquier playa repleta de bañistas, donde intimidan a los ciudadanos con sus ligeras embarbaciones propulsadas por motores de entre 250 y 450 caballos de fuerza. Varios guardias civiles e incluso un menor de edad han fallecido por narcolanchas. Sorprendentemente, la respuesta del Ministerio del Interior, al frente del cual está Fernando Grande-Marlaska, ha sido el cierre de Ocon-Sur, la unidad de élite contra el narco de la Guardia Civil

A principios de febrero, dos agentes murieron en la embestida mortal que una potente narcolancha propinó a una pequeña zódiac en el puerto de Barbate ante la atenta mirada de ciudadanos que seguían desde la orilla la película, algunos de los cuales incluso jaleaban a los 'narcos'. La Cámara 'GoPro' de uno de los guardias civiles que iba en la zódiac evidencia la agresividad con que actuaron los narcos. «Disparad. Vienen a por nosotros», se escucha decir a uno de los agentes antes de que la narcolancha pasara por encima de ellos.

A pesar de la gravedad de los hechos, el Ministerio del Interior no pareció reaccionar. Días después, una decena de narcolanchas fondearon en Cabo de Gata a plena luz del día para refugiarse del temporal de poniente. Aunque las imágenes de las narcolanchas en la playa de los Genoveses y las Negras se hicieron virales, no fueron detenidos. Tal como llegaron se fueron sin que nada les pasara.

Al estar prohibidas las lanchas que usan los narcos, éstos las tienen en el mar en los llamados 'meeting point', donde cambian tripulaciones y realizan el avituallamiento a la espera de ser llamados desde Marruecos para cargar la mercancía. La isla de Alborán, frente a Marbella y Estepona, es uno de esos lugares donde realizan sus espera. Cuando hay temporal, se refugian de las olas frente a la costa de Manilva, en Málaga.

En julio de 2018, los bañistas de la playa de las Sabinillas, en Manilva, tomaban el sol a media tarde cuando una embarcación suministraba gasolina a una narcolancha que se disponía a cruzar el Estrecho para recoger hachís en Marruecos. El helicóptero de la Policía entró en escena, protagonizando una espectacular persecución tipo 'Miami Beach', poniendo el piloto de la narcolancha en peligro la seguridad de los ciudadanos al hacer circular la embarcación, sin pensar en los bañistas.

En aquella ocasión no hubo que lamentar heridos, a diferencia de lo que ocurrió también en mayo de 2018 en la playa de Algeciras (Cádiz), cuando una lancha de las que se usan habitualmente para el narcotráfico pasó por encima de un barco donde viajaba un menor, que falleció. Los testigos contaron que el padre del menor se encaró con los ocupantes de la lancha por conducción temeraria y éstos respondieron pasando por encima de la embarcación de recreo.

Este miércoles, el temporal hizo también a once narcolanchas fondear en Málaga, lo que provocó que su alcalde, José Manuel Fernández, alertara a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Una patrullera de la Guardia Civil, de 20 metros de eslora, acudió al lugar. En un lugar de la costa próxima a Estepona (Málaga) hallaron a las embarcaciones, una de las cuales tenía problemas en el motor. Para evitar que la patrullera detuviera a sus ocupantes, cinco lanchas atacaron a la patrullera de la Guardia Civil, sufriendo ésta un golpe sin consecuencias graves en la altera de estribor. Una vez más, los narcos impusieron su presencia y usaron la violencia.

El alcalde y responsable de Seguridad Ciudadana de Manilva ha sido contundente al pedir medios a la Subdelegación del Gobierno, a la Delegación del Gobierno y al Ministerio del Interior «porque si medios no hay nada que hacer».