Narcos armados hasta los dientes con un arsenal de guerra en Andalucía

Lo hemos visto primero en la zona cero del narcotráfico, el Campo de Gibraltar, y en la Costa del Sol, pero el uso de este armamento y de munición letal se está extendiendo como la pólvora —nunca una expresión cobró mas sentido— entre las redes criminales del resto de Andalucía. Así se ha constatado en los graves incidentes entre clanes de la droga de Las Tres Mil Viviendas en Sevilla, donde han intervenido rifles de precisión y kalashnikov; y en los de la barriada El Torrejón de Huelva, donde han interceptado incluso granadas de mano.

«Si manejas ese armamento es porque tu verdadera intención es matar. Si lo que quieres es asustar usas otra clase de armas», asegura a ABC Agustín Álvarez, del sindicato de la Policía Nacional Jupol. En similares términos se expresa Luis Bueno, de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC): «Las han comprado para usarlas, aunque por ahora no han abierto la veda. En el momento que un descerebrado pegue el primer disparo esto será una guerra como las de Sudamérica».

La situación es alarmante porque los chalecos antibala que usan las fuerzas policiales son incapaces de frenar la potente munición de estas armas. «No es que se esté traficando con armas a unos niveles de locura, pero cada vez están entrando más. Eso es evidente. Y eso es porque están perdiendo el miedo, cada vez se ven más impunes y les da igual todo. Tiroteos siempre ha habido, pero esto es un paso más».

«Las armas que usaron en las Tres Mil Viviendas de Sevilla, con munición trazadora, visible por la noche y que se utiliza para corregir el tiro, son de profesionales. Los chalecos antibala que tenemos no sirven para nada. Estamos vendidos. Si recibes un disparo con una AK47 como la que cogieron el otro día en Sanlúcar de Barrameda, con el tipo de munición y la potencia a la que viene la bala, te entra por el pecho y te sale por la espalda. Literalmente. Yo he estado trabajando en ajustes de cuentas en las Tres Mil Viviendas y he visto cómo han disparado a un Porsche Cayenne con una AK47 por el lateral y la munición atravesó el bloque motor y salió por el otro lateral. Son letales», explica este portavoz de Jupol.

Además de chalecos inservibles para este armamento, también juega en contra de nuestros agentes la capacidad y potencia de munición. «Cuando ocurre algo como lo de las Tres Mil Viviendas, por ejemplo, los primeros que actúan son los radio patrulla. Los compañeros tienen chalecos antibala y sus pistolas HK con munición de nueve milímetros parabellum con dos cargadores con 25 balas cada uno. Se acabó. Ellos utilizan armas de repetición, AK47 o subfusiles que, con sólo una ráfaga, realizan 30 disparos, que es casi toda la munición que lleva la Policía encima. Es una locura».

Según este agente, proceden de Libia: «Parece ser que los grandes arsenales de armas han salido de Libia tras el fin de la guerra. En España se están comprando muchas. Pero no sólo compran armas, también chalecos antibalas de guerra. Ya los hemos encontrado. Se protegen mejor que nosotros», sentencia.

AUGC también coincide en este análisis. «Estas armas tienen cargadores con el doble de capacidad. En una de las últimas intervenciones en Cádiz, todas las balas tenían punta reforzada. Eso te revienta un chaleco antibalas sin ningún tipo de problema», asegura Luis Bueno, que cree que las están adquiriendo en el mercado negro de Europa.

Francisco Mena, presidente de la coordinadora contra la droga Alternativas, en el Campo de Gibraltar, alerta de que los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se juegan la vida a diario ante estos criminales, por lo que pide al Gobierno que los dote de los medios necesarios para proteger sus vidas con chalecos antibalas adecuados para esta munición.

«Lo llevamos viendo desde hace año pero antes utilizaban armas cortas o escopetas. Ahora las que emplean son de profesionales. El mercado negro del tráfico de armas está nutriendo a las organizaciones de narcotraficantes en Andalucía. Eso es evidente», se lamenta.

«Cualquier día vamos a tener que lamentar una desgracia. Hay que poner todos los medios al alcance de nuestros agentes para proteger sus vidas. Ya vimos de qué manera tan vil y curel mataron a los dos guardias civiles de Barbate», advierte este histórico activista contra el narcotráfico.