Mujeres coraje plantan cara a la violencia machista en Andalucía

La campaña, con el lema 'Vidas que cambian vidas' es demoledora. En nueve vídeos, que se pueden ver en el canal de YouTube del IAM, cada una relata su dolor y sufrimiento, pero también lanzan un mensaje de esperanza. Llamativo también el perfil de estas mujeres para hacerse una idea de que nadie está salvo de los maltratadores: una migrante colombiana que además es psicóloga, una joven con discapacidad y también con estudios superiores, una periodista, amas de casa, trabajadoras, una empresaria... Son Ana Bella, Piedad, Lucía, Rosa, Efigenia, Aura, Paqui, Ana Rosa y Montse, nueve mujeres coraje y todo un ejemplo de solidaridad. Su objetivo es inspirar a otras víctimas a que denuncien a sus agresores.

Cinco de ellas acudieron ayer a la presentación de la campaña en la sede de la Consejería de Inclusión Social e Igualdad de la Junta. Hubo lágrimas y mucha emoción contenida. Fue inevitable. Uno de los testimonios más sobrecogedores fue el de Rosa, una gaditana que recibió tal paliza de su agresor —no fue ni mucho menos la primera— que perdió al hijo que esperaba. Estaba embarazada de seis meses. Además, sufrió importantes heridas. Su intervención concluyó con un mensaje poderoso y generoso: «Adelante, animaos a dar el paso. Estamos aquí para cogeros de las manos a todas».

Ana Bella, que preside la fundación que lleva su nombre y que ya ha ayudado a miles de mujeres en toda España, también relató su dramática experiencia. Esta empresaria sevillana puso el foco en que se trata de una situación muy compleja y que muchas víctimas no son conscientes de que lo son. Ella no lo fue durante años. Por ello llamó a no victimizar aún más a estas mujeres por haber aguantado los malos tratos y a poner el foco en sus agresores. También llamó al entorno de las víctimas para que las apoyen y denuncien si detectan que están siendo maltratadas por sus parejas.

Aura, una psicóloga colombiana afincada en Andalucía, relató su calvario, su soledad y la falta de información que tenía para denunciar. Finalmente lo hizo pero su denuncia fue archivada. Su paso al frente no fue en vano. Su denuncia sirvió para que la de otra víctima del mismo maltratador prosperase.

Lucía puso el foco en que los hijos también son víctimas de la violencia machista y Paqui rompió a llorar emocionada cuando contó que pese a ser una luchadora y trabajadora incansable soportó años de malos tratos de su marido hasta que lo denunció. Llegó a encañonarla con un rifle de caza  delante de sus hijos.

Tras las lágrimas, la alegría. Todas coincidieron en que denunciar a sus agresores y alejarse de ellos les ha cambiado la vida. Libertad y felicidad fueron dos de las palabras que más repitieron.

La consejera de Inclusión Social e Igualdad de la Junta, Loles López, alabó la valentía de estas mujeres. De hecho, sus agresores siguen siendo a día de hoy una amenaza real para todas ellas: «Han vivido un infierno pero han salido del mismo. Han dado el paso, algo nada fácil, pero ahora son felices y dueñas de sus vidas, y lo quieren contar para ayudar a otras mujeres que estén viviendo esa pesadilla».

López también agradeció su generosidad para que sus testimonios sirvan de inspiración a otras al tiempo que incidió en la importancia de que el entorno de estas víctimas conozca las señales para poder pedir ayuda y denunciar. «La violencia de género nos implica a toda la sociedad», incidió la consejera.