Juanma Moreno mantiene a Antonio Sanz en Sanidad y le imprime un sesgo más político a su Gobierno

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S.A.

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Moreno despejó las dudas sobre media mañana, cuando anunció a través de su cuenta oficial de la red social 'X' que Sanz asumía las competencias sanitarias de un modo permanente y al frente de una consejería de nuevo cuño: su nombre es Sanidad, Presidencia y Emergencias. «La salud es una prioridad absoluta para mi Gobierno. La experiencia de gestión de Antonio Sanz, su capacidad de trabajo y de diálogo serán fundamentales para lo que resta de legislatura», señaló el presidente en su mensaje.

La decisión no sorprendió. La tensión extrema que ha vivido la Junta en las dos últimas semanas a cuenta de los errores en los diagnósticos de los tumores de mama -el Servicio Andaluz de Salud (SAS) está revisando dos mil expedientes sospechosos- obligó a Moreno a tomar las riendas de crisis de un modo personal, orillando casi desde el principio a la exconsejera Hernández. La encomienda a Sanz de que ocupara de un modo interino la plaza que ésta dejó vacante tenía la traza de volverse duradera. ¿Por qué? Porque el presidente necesita en ese puesto a alguien de su total confianza que enmiende la situación y que, además, le facilite una información precisa de la evolución del caso; no en vano, una de las quejas que él ha verbalizado en relación a los fallos en los cribados es que nadie le informó de que existían disfunciones en un programa de detección precoz que él había ampliado.

Al tiempo, que Sanz sea el hombre elegido para la más que difícil plaza de Salud -llamada ahora 'Sanidad' en la nomenclatura oficial por primera vez en décadas- tiene un componente evidente de control político de la Consejería, que para llegar viva a las elecciones autonómicas de junio, si es que no hay adelanto, precisa de alguien avezado en la arena política y no tanto en la gestión pura y dura. De lo que se trata, en suma, es de que Salud -o Sanidad- dé los dolores de cabeza justos hasta la cita con las urnas y no provoque más desgaste al PP.

El propio Moreno habla ya abiertamente del coste electoral del triste episodio con el 'screening' de los tumores femeninos, que sigue en las tertulias de radio a nivel nacional y en los programas de televisión más vistos. El pasado domingo sin ir más lejos, el jefe del Ejecutivo andaluz reconoció en una conversación con periodistas en Madrid, y en el curso de la recepción de los Reyes con motivo de la fiesta del 12 de octubre, que la crisis en cuestión podía costarle la mayoría absoluta de la que goza en el Parlamento regional, y de que la polémica beneficia a Vox y no tanto al PSOE.

«Mi compromiso es dedicación, diálogo y sensibilidad», insistió ayer Sanz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno y cuando la oposición había tenido tiempo de criticar su nombramiento y lamentar que Moreno se hubiera decantado por un perfil más especializado en la gestión sanitaria. Este extremo, la elección de un profesional más técnico, había perdido peso tras la experiencia fallida con Rocío Hernández y con la evidente dificultad de que alguien no curtido en la batalla política aceptase el ofrecimiento de Moreno en unas circunstancias tan delicadas y con unas elecciones en puertas.

El nuevo destino de Antonio Sanz, que tomó posesión del cargo de un modo oficial en un acto celebrado en el Palacio de San Telmo a media tarde de este miércoles, obligó también al presidente de la Junta a hacer más ajustes en su Gobierno, que pasa de tener catorce a trece consejerías. Gana fuerza Carolina España, portavoz del Gobierno y responsable de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Carolina España, que asumirá las competencias en Diálogo Social y Simplificación Administrativa que hasta ahora estaban bajo la tutela de Sanz. España, malagueña como el presidente, se ha consolidado en los últimos años como una de las personas de su confianza más sólida: veterana en la política local y autonómica, ha sido diputada nacional y es consejera de 2022.

De su lado, el consejero de Industria, Energía y Minas, Jorge Paradela, asume las de digitalización, de tal manera que incorpora a su área la Agencia Digital de Andalucía (ADA).

La que anunció Moreno ayer es la segunda remodelación de su gobierno que hace el también presidente del PP andaluz en esta legislatura. En julio de 2024 incorporó a dos nuevas consejeras, Carmen Castillo Mena y Rocío Hernández, que estrenaron las carteras de Desarrollo Educativo y Salud, respectivamente.

Durante la toma de posesión de los consejeros, celebrada por la tarde en San Telmo, Moreno reconoció que «no hemos conseguido reconstruir la sanidad en Andalucía como hubiésemos querido, a pesar de que hemos hecho un esfuerzo que nadie puede negar: nos falta un empujón».

Hay estructuras que vienen de los años ochenta [del siglo pasado], y la sociedad ha cambiado mucho desde entonces», agregó, para a continuación encomendarle a Antonio Sanz que convoque cuanto antes «un comité de expertos no sólo andaluces, sino de toda España, para que nos ayuden a fijar el nuevo modelo de gestión, que ha de poner al paciente en el centro».