La mitad de los jóvenes andaluces cree que el empleo empeorará en los próximos cinco años

Este estudio, auspiciado por Abanca, Herbalife, Praxis MMT y la escuela de negocios ESIC University, se realiza con cadencia anual. Esto permite comprobar cómo el sentir de la juventud está siguiendo una tendencia negativa en este caso. En el relativo a 2023, únicamente el 37,5% recalcó que el panorama del empleo sería mucho o algo peor, en una doble posibilidad de respuesta unificada en la última edición. El porcentaje ha subido en más de 9 puntos.

A diferencia de la sensación de progreso en que se envuelve la Inteligencia Artificial, los jóvenes la entienden como una especie de verdugo laboral, hasta el punto de que el 81,5 por ciento cree que ejercerá un impacto negativo. Eso sí, la mitad no oculta que recurre a esta herramienta para cuestiones curriculares.

En ese sentido, cuando se les preguntó por si esperaban encontrar trabajo poco tiempo después de concluir su formación, el 59,7 por ciento se mostró confiado. Sin embargo, el valor empeora por comparativa nacional, hasta el punto de que Andalucía se perfila como la comunidad más pesimista. En Cataluña la proporción escala al 76,5 por ciento y en Baleares, al 73,3%.

El informe da buena cuenta de una curiosa paradoja: aunque los jóvenes creen que el mercado laboral está en horas bajas, sí que se ven a sí mismos logrando sus objetivos. Creen que la clave son las ganas y el interés por desempeñar un empleo —el primer factor definitorio para el 60,5% de los sondeados—, hablar idiomas con soltura —50,6%— o los conocimientos adquiridos —45,2%—.

Esa sapiencia esperan adquirirla fundamentalmente a través de grados universitarios. Fundamentalmente de la rama empresarial y del marketing, pero también Magisterio y Derecho. Tan sólo dos de cada diez tienen claro que lo de estudiar terminará con el instituto, una proporción análoga a la de aquellos que todavía están en duda.

Lo que también parece evidente es que la tierra no limita a la juventud en lo que a labrar su futuro se refiere. El 67,6 por ciento emigraría si el trabajo está más allá de las fronteras andaluzas, entre otras cuestiones porque esto les aportaría nuevas experiencias. Eso sí, se recorta el dato respecto al rotundo 73,3% informe anterior.

Aunque no lo especifican, se entiende que esta estancia extranjera —que visualizan sobre todo en Estados Unidos, Italia, Reino Unido o Alemania— es algo temporal. No en vano el 27,3% aspira a ser empleado público, la mayor proporción autonómica del país.

En el informe de hace diez años ya se observaba esta estrategia. Entonces quienes querían ser funcionarios suponían un 36% de los entrevistados. Ahora se ha añadido la opción 'No lo sabe aún', que ha canalizado más del 28% de los 'votos'. El 33,4% querría probar suerte como autónomo, y un escueto 11,2% confían en la cuenta ajena dentro del sector privado.

En esta décima edición, la encuesta se ha planteado a 11.469 estudiantes de 4º de ESO y de los dos cursos de Bachillerato, así como a chavales procedentes de los ciclos básico, medio y superior de Formación Profesional. De este conjunto, 1.817 fueron andaluces, lo que se traduce en casi un 16% de representatividad autonómica. La que más, en línea con el criterio demográfico.

Estas cuantías dan una mayor legitimidad a cuestiones en las que Andalucía supera el promedio. Por ejemplo en la percepción que los jóvenes tienen de su formación respecto a la de sus padres. El 68,5 por ciento de los estudiantes españoles cree estar más preparado que sus progenitores, y un 79,49 está confiado en que encontrará un trabajo mejor que el de aquella generación, más sofisticado.

En el caso andaluz, los datos son de 72,5% y 83,7%. Es más, la confianza en la preparación personal frente a la de los padres ha aumentado de un año para otro, pues en el informe de 2023 no llegaba al 66%.