El milagro de Lucía tiene acento andaluz y ojos gaditanos
Un ensayo clínico experimental, liderado por el oncólogo granadino Antonio Pérez-Martínez, da una nueva oportunidad a esta adolescente a la que 'condenaron' con sólo 17 meses
La terapia CAR-T en Tándem, impulsada por la Fundación CRIS Contra el Cáncer, representa una esperanza para pacientes pediátricos con leucemia en recaída
Antonio Pérez-Martínez, oncólogo infantil: «Los andaluces somos trabajadores, innovadores, y tenemos esas habilidades sociales que muchas veces faltan»
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEl milagro de Lucía tiene un padre de Granada y una hija gaditana. «No es un milagro, es ciencia», matiza el galeno Antonio Pérez-Martínez, oncólogo infantil y el director de este ensayo clínico que ha concedido una oportunidad a esta adolescente de ... sólo 15 años. Junto a su padre José, a la vera de familia y amigos, Lucía comienza a recuperar una vida que parecía una condena, con sentencia culpatoria antes siquiera de empezar a hablar (al año y medio de existencia).
Leucemia linfoblástica aguda de células B, el cáncer infantil más frecuente en la infancia. Así se lo soltaron. Su progenitor recuerda esa visita al hospital Puerta del Mar de Cádiz, con la pequeña «blanquita, cansada, con moratones», que ilustraban que «aquello no iba bien».
Fue rápido porque «la leucemia se detecta enseguida en el análisis de sangre». El impacto de la noticia le expulsó metafóricamente de su cuerpo, «como si estuviera en una película, como si eso no me estuviera pasando a mí», pero ese filme le reservaba uno de los papeles protagonistas.
CAR-T Tándem: la clave en CRIS contra el cáncer
Entonces arrancaba ese peregrinar por centros hospitalarios, con cuatro desesperantes recaídas, las últimas en Valencia, donde viven estos andaluces emigrantes. En Sant Joan de Deu (Barcelona) le aplicaron el tratamiento CAR-T a través de un laboratorio privado por la Seguridad Social. Era la (pen)última esperanza pero, después de sufrir efectos secundarios terribles, el mal volvió a resurgir y dejó en coma a Lucía. «Hubo un momento en que pensamos que ya no contaríamos con ella», se emociona José. Después de ello, ya «sólo nos podían ofrecer cuidados paliativos, no curativos».
La mayoría arroja la toalla. «Ya no se podía hacer nada». Pero por esos avatares inexplicables del destino, «yo ya no creo en casualidades», la vida tan esquiva hasta entonces le cruzaba en su camino al doctor Pérez-Martínez, jefe del Servicio de Onco-hematología pediátrica en el Hospital Universitario La Paz (Madrid) y director de la Unidad CRIS de Terapias Avanzadas en Cáncer Infantil. «Nos habló de un tratamiento experimental y novedoso. No nos aseguraban nada pero... no teníamos otra alternativa».
«El CAR-T en tándem reconoce simultáneamente dos moléculas diferentes (CD19 y CD22), que son a las que afectan la leucemia, a diferencia del CAR-T estándar, que sólo se dirige a la 19. Con el Tándem, si el tumor oculta una de ellas, las células son capaces de detectar la otra y así se dificulta la recaída de la enfermedad», explica el médico de manera científica.
Y también desde su origen. De esta leucemia, «uno de los mecanismos de escape es que deja de prestar el CD19, y como se dice en 'Graná', pues si no expresas, ni tienes tíos ni tienes 'ná'». Metafóricamente, «le ponemos al coche (CAR en inglés) un GPS con esas dos ubicaciones, le llevan al lugar exacto y además llevan a cabo una explosión controlada muy potente en el lugar exacto. Es como entrar en la misma casa, o por la calle Sierpes o por la paralela, por la otra puerta».
Lucía, un milagro andaluz
Por eso los efectos secundarios son menores. Lucía reconoce que lo que lleva peor «es que le cuesta comer», una ligera secuela gastro-intestinal tras el trasplante de médula final que espera vaya desapareciendo a medida que se adapten las nuevas células. «Nos desahuciaron», recuerda José Álvarez, que al ver aparecer al doctor Antonio Pérez «fue como encontrarse con un héroe. Al entrar en nuestra habitación, es como si hubiera entrado Mágico González», se ríe aliviado, orgulloso de su tierra y ese cadismo que ha contagiado a la propia Lucía. «Muchas veces me preguntó qué hubiera pasado si no hubiéramos decidido seguir luchando».
«Es una alegría y una esperanza que haya personas, médicos, que trabajan en la sanidad pública, investigando y estudiando, a veces dejando a la familia atrás, y encima es un paisano como Antonio. Muchas veces no se valora el talento autóctono de nuestra tierra», defiende José. «Porque esto es un milagro posible gracias a la investigación».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete