El lado más personal de María Jesús Montero: el barrio donde nació, su familia y sus estudios

La vicepresidenta es madre de dos hijas, fruto de su relación con Rafael Ibáñez, y médico de profesión -se licenció en Medicina por la Universidad de Sevilla-, que ejerció como subdirectora médica del Hospital Universitario Virgen de Valme de Sevilla entre los años 1995 y 1998, y luego como directora gerente del también sevillano Hospital Virgen del Rocío, buque insignia de la sanidad andaluza.

Desde jovencita sintió pasión por la política y ya en los años 80 se afilió a la Juventud Obrera Cristiana -acudía con regularidad a la parroquia de la O, en la trianera calle Castilla- y a las Juventudes Comunistas, antes de su llegada al PSOE. Se afilió a este partido cuando José Antonio Griñán era presidente de la Junta, y su trayectoria política ha estado marcada por su determinación en escalar posiciones desde sus primeros cargos en el Gobierno andaluz, donde ha formado parte de los equipos de tres presidentes socialistas: Chaves, Griñán y Susana Díaz.

El primer gran paso lo dio con Manuel Chaves, en 2002, como viceconsejera de Salud. El segundo llegó en 2004, cuando fue nombrada consejera de Salud de la Junta de Andalucía, responsabilidad que desempeñó durante nueve años hasta septiembre de 2013, fecha en la que fue nombrada consejera de Hacienda y Administración Pública. En este puesto permaneció con José Antonio Griñán y Susana Díaz al frente del Ejecutivo andaluz.

Sólo unos meses antes de que el PSOE perdiera las elecciones autonómicas en Andalucía a manos del PP de Juanma Moreno, Montero hizo gala de su gran capacidad camaleónica para trasladarse a Madrid tras la llamada de Pedro Sánchez y formar parte así de su Ejecutivo, resultante de la moción de censura que le presentó a Mariano Rajoy en junio de 2018. La diputada socialista por Sevilla ha sido y es ministra de Hacienda, y ha ocupado el cargo de portavoz del Gobierno. También es vicesecretaria general del PSOE desde julio de 2022.

El 18 de enero fue proclamada por la Comisión Regional de Ética del PSOE de Andalucía secretaria general de la federación socialista andaluza, un cargo en el que releva al defenestrado y cuasi desaparecido senador Juan Espadas. Aún quedan en el recuerdo sus atávicas soflamas el día de la presentación en Sevilla de su candidatura, donde se presentó «con un nudo en la garganta» y en el «momento político más especial que ha tenido en toda su vida». «Por Andalucía libre, por España, por la humanidad. Para que ese clima que viene internacionalmente encuentre una frontera blindada de España y de Andalucía. Porque no pasarán. Nos encargaremos de sostener el estandarte, el puño, la rosa como estandarte», zanjó en una intervención en la que apeló a «unos valores socialistas que están más de moda que nunca».

Desde entonces, su trabajo diario se divide entre sus responsabilidades como ministra de Hacienda y vicepresidenta del Gobierno y su nuevo cargo como secretaria general de los socialistas andaluces, haciendo uso en muchas ocasiones de su cargo gubernamental para beneficiar su carrera electoral frente a un Juanma Moreno al que las encuestas le siguen dando mayoría absoluta.