María Jesús Montero elude la autocrítica por los fallos en el sistema de cribado de cáncer de mama aprobado en su etapa: «No soy consejera hace 13 años»

El deficiente sistema de comunicación ha dado pie a una catarata de retrasos injustificados en la citación de mujeres que se sometieron a mamografías y que arrojaron resultados sospechosos de lesión tumoral, cuando el PP lleva siete años gobernando la Junta de Andalucía.

El PP cuestiona la credibilidad de Montero para lanzar la primera piedra contra el Gobierno de Juanma Moreno (PP). La ministra no esperó ni un día para pedirle explicaciones al presidente, tan pronto como escuchó a la consejera de Salud, Rocío Hernández, saliendo al paso en la Cadena Ser a la cascada de testimonios de afectadas por las demoras. «¿De verdad los andaluces se van a creer que el problema que han tenido ustedes se achaca a hace trece años?», ha respondido a Juan Bravo la vicepresidenta primera en la sesión de control al Gobierno en el Congreso. En lo que a ella respecta, ni se da por aludida ni hace la autocrítica.

Lo primero que hay que hacer cuándo uno gobierna es asumir «responsabilidades, competencias y tarea, y no como está haciendo el señor Moreno Bonilla, echando la culpa primero a las mujeres, posteriormente a las asociaciones y ahora no se sabe a quién, parece que a la ministra de Hacienda», se indignó Montero. El presidente pidió «disculpas» por los «errores» en el diagnóstico del cáncer de mama en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, hace justo una semana.

En su intervención, María Jesús Montero, que fue consejera de Sanidad en Andalucía entre 2004 y 2013, ha considerado «lamentable» que el Ejecutivo de Juanma Moreno (PP) busque echarle «la culpa» de los errores en el cribado de cáncer de mama en Andalucía, toda vez que el protocolo de actuación ante casos dudosos se remonta a su etapa al frente de la sanidad atuonómica, gobernando el PSOE.

La candidata a la Presidencia de la Junta, que desde el primer día está cañoneando al Gobierno andaluz con el mantra de la privatización de la sanidad pública, ha redoblado la presión sobre la Junta por este escándalo y amagó con abrir una causa general contra la gestión sanitaria de la Junta, a pocos meses de las elecciones de 2026, ampliándo el foco a otros programas de detección precoz de tumores de cérvix, colon y próstata. Los andaluces se preguntan si algo igual está «ocurriendo con el cribado del cáncer colon, con el cribado del cáncer de cervix o con el cribado del de próstata», conjeturó.

En el mismo debate, el diputado del PP por Málaga Elías Bendodo también sacó a colación este asunto. La respuesta de Montero fue la misma: destacar la gravedad del escándalo para atacar al Moreno. «¿De verdad, señor Bendodo, no comunicar que se tenían que hacer pruebas para descartar un cáncer de mama a 2.000 personas es un error? Se nos va la vida, señor Bendodo, se nos va la vida en cuestiones de este tipo», ha lamentado.

Poco antes, los retrasos en la comunicación a las afectadas de los resultados sometidas al cribado de cáncer de mama se habían colado en el cara a cara entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su adversario político, Alberto Núñez Feijóo. El también secretario general del PSOE sabía de antemano que el líder del PP iba a echarle en cara las «chistorras», «soles» y «lechugas», el lenguaje en clave utilizado por Koldo García, el que fuera asesor del exministro de Transportes José Luis Ábalos, para referirse a los billetes de 500, 200 y 100 euros y ocultar así la existencia de dinero en efectivo supuestamente procedente de la trama de cobro de comisiones a cambio de obras públicas.

Sánchez capeó las críticas del líder del PP contraatacando con el escándalo andaluz. «Ustedes lo que hacen es derivar la sanidad pública a la privada y lo que ocurre en Andalucía es que hay mujeres sin pruebas diagnósticas y tratamientos oncológicos», ha reprochado a Feijóo. Se ufanó de que el modelo del Gobierno central es diferente al de las comunidades gobernadas por el PP: «Nosotros hemos aumentado en estos siete años en un 45% la inversión en sanidad pública». Hay que recalcar que son las comunidades autónomas quienes tienen delegadas las competencias sanitarias.

En los últimos siete años, la Junta de Andalucía no ha cambiado el protocolo para el cribado del cáncer de mama aprobado en 2011. para comunicarse con las mujeres que hacen las pruebas de detección precoz del cáncer de mama. Este sistema eliminaba la recomendación de informar a las pacientes desde el primer momento, aplazando esa comunicación hasta el «informe de alta» y evitando hacer constar las lesiones benignas.

La asociación Amama estudia la vía penal contra el Servicio Andaluz de Salud (SAS), dependiente de la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, por los retrasos en las pruebas diagnósticas del programa de detección precoz del cáncer de mama. Queda por decidir, una vez que se estudie «caso por caso» la documentación recibida, si será en forma de demanda colectiva o de manera individual. Entre los posibles delitos que estudian, están lesiones por imprudencia, homicidio y dejación de atención sanitaria. Igualmente, presentará reclamaciones patrimoniales para «paliar el perjuicio» que han sufrido «muchísimas mujeres».