Los vídeos grabados con un móvil delataron al sacerdote detenido de Vélez-Málaga

Esos video provocaron la detención el pasado 11 de septiembre del sacerdote en Vélez-Málaga. Llegaba a casa de su madre tras dar una misa en Yunquera. Compartía los oficios en la parroquia de este municipio con los de la iglesia de El Burgo. Allí lo habían llevado tras conocerse que tenía una 'novia' en Melilla y después de que la mujer pusiera en conocimiento de las autoridades religiosas y de la Policía Nacional aquellas presuntas imágenes del horror.

Los agentes de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) central de Madrid lo abordaron y le informaron de sus derechos como detenido. El párroco guardó silencio. No dijo nada. No colaboró después en su estancia en los calabozos, ni se sometió a pruebas de ADN. El juzgado de guardia lo mandó a prisión provisional. Está investigado por cuatro agresiones sexuales y cinco delitos contra la intimidad.

Hasta el momento, sólo se han detectado cinco víctimas, pero puede haber más. No se descarta. «Ellas no saben que han sido agredidas», recuerdan fuentes de la investigación, que explican que se está revisando todo el ingente material incautado entre memorias, discos, ordenadores o el móvil del párroco. Se buscan más pruebas de los posibles abusos, así como mujeres que no sepan que son víctimas. La principal hipótesis es que las mujeres eran sometidas bajo sedación, por eso no recuerdan nada.

Las cinco mujeres hasta ahora identificadas no sabían nada de lo ocurrido. La Policía Nacional las llamó. Dos de ellas vieron los videos en los que aparecían. Se reconocieron. Las otras tres no quisieron. No fueron capaces de ver la supuesta agresión a la que había sido sometidas. Aún así, las cinco mujeres prestaron declaración e interpusieron denuncia. Éstas diligencias se han añadido a la primera que formuló la 'novia' del párroco.

El sacerdote no cumplía la promesa de celibato. La mujer que halló los primeros videos dijo a la Policía que era «su pareja sentimental». Esa vida poco ejemplar hizo que el Obispado lo retirara de Melilla. La mujer halló los videos en junio, pero la denuncia se formuló en agosto. El 11 de septiembre, aquellas imágenes provocaron su detención.