Las secuelas de una niña de Málaga que vio a su padre meter a su hermana en agua hirviendo: «Se despertaba diciendo bebé quema»

Los médicos descubrieron dos lesiones cicatriciales concéntricas de uno y 0,8 centímetros en la zona anterior de muslo izquierdo, que eran compatibles con quemaduras de cigarrillos. El tribunal explica que las causaron sus padres «actuando de mutuo acuerdo» y «sin tener la menor posibilidad alguna de defensa». Ahí es cuando se abrió el procedimiento de desamparo para ponerlas a salvo.

Sin embargo, ya había vivido un infierno, pese a su corta edad. Los informes de acogida relataban que la niña de dos años «llegó asustada y con temor a cualquier nuevo acontecimiento, agachándose y cubriéndose la cabeza» a la casa de la familia que se iba a hacer cargo. La niña tenía terrores nocturnos que la despertaban diciendo «bebe se quema» o «bebe pupa».

La bebe fue asistida en el Hospital Materno Infantil de Málaga en octubre de 2022. Días antes que su hermana. Presentaba «profundas quemaduras de segundo grado» en casi la mitad de su cuerpo. Su madre, que después acabaría detenida, fue quien la llevó a urgencias. Dijo entonces a los médicos que «se había quemado durante el baño».

Las indagaciones posteriores, recoge la Fiscalía, revelaron que las heridas, en cara, nalgas, brazos, piernas y pies, no habrían tenido un «origen accidental». Los doctores determinaron que para provocarlas fue necesaria la «inmersión en agua caliente durante un tiempo variado dependiendo de la temperatura del agua«. La niña se estuvo abrasando en el agua unos 120 minutos a 45 grados y unos 17 minutos si estaba 55. Como si la hubieran metido en una olla hirviendo. La bebé estuvo 20 días en la UCI.

En la sentencia se condena al padre por un delito de lesiones a la bebé de 47 días. Se considera probado que la sumergió en agua caliente «con ánimo de atentar contra su integridad física» y que la niña sufrió quemaduras en el 42 por ciento de su cuerpo. El padre ha sido condenado a una pena global de 16 años de prisión por un delito de malos tratos habituales, otro de violencia doméstica con alevosía y lesiones con la agravante de parentesco. El progenitor tiene la prohibición de acercarse a la menor ni comunicarse.

A la madre se le absuelve del delito de lesiones a la bebé, ya que no consta que estuviera en la casa cuando la metió en agua caliente y fue ella quien la llevó al hospital al comprobar el estado en el que estaba, pero la condena por malos tratos habituales y violencia doméstica con alevosía a un total de cuatro años de prisión.

El Tribunal considera probado que los dos son responsables de dichos delitos porque «es imposible sostener que la madre nada tuviera que ver con tales hechos, ni que acatara como normal el padecimiento constante de heridas y quemaduras en el cuerpo de una pequeña de tan solo 47 días«.