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El tejado de la Catedral de Málaga ya está en marcha: dos siglos después y sin la ayuda del Gobierno

La primera viga de la nueva cubierta a dos aguas ya está sobre el templo y el obispo confirma la voluntad de ejecutar la segunda torre

El Gobierno se baja del tejado de la Catedral de Málaga

Los secretos de la torre norte de la Catedral de Málaga

Acto institucional celebrado en el interior de la Catedral de Málaga Francis Silva

P. Marinetto

Málaga

Han tenido que pasar 242 años, pero el día ha llegado. En 1782 se paralizaban las obras de la Catedral de Málaga, que este viernes ha vivido una jornada histórica con la subida hasta la cubierta de la primera viga que compondrá el futuro tejado a dos aguas que permitirá acabar con las filtraciones de agua en el templo y avanzar en la culminación de una de las joyas del Renacimiento en España.

Aunque los trabajos se iniciaron oficialmente el junio pasado, el acto de colocación de la primera piedra celebrado esta mañana simboliza el arranque de una obra esencial para abordar los problemas estructurales del monumento. Un tejado que ya estaba previsto en el proyecto del siglo XVIII que dejara el arquitecto Ventura Rodríguez y que tuvo que dejarse sin ejecutar por cuestiones económicas.

Las obras en esta emblemática edificación, como es común en las grandes catedrales, han avanzado por etapas desde que comenzaron en 1528, hace casi cinco siglos. Hoy «se reinician» como ha explicado el obispo de la Diócesis de Málaga, Jesús Catalá, quien además ha expresado su voluntad de continuar impulsado a futuro el resto de trabajos pendientes para culminar el diseño original, haciendo especial alusión a la segunda torre, cuyo estado le ha granjeado su popular apelativo. «La Catedral no es La Manquita, un nombre impuesto por políticos hace tres décadas; es una sinfonía inacabada», ha defendido el obispo.

El acto de colocación de la primera viga ha contado con la participación de representantes de las diversas administraciones e instituciones que han contribuido financieramente al proyecto. Así, han estado presentes el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado; el consejero de Cultura, Arturo Bernal, en representación de la Junta de Andalucía; y el presidente de la Fundación Unicaja, José Manuel Domínguez.

No ha habido, en cambio, representación alguna del Gobierno central, que a pesar de la relevancia de los trabajos para el que está considerado como el monumento más importante de la ciudad, se ha desmarcado del proyecto. El Ejecutivo no solo ha esquivado destinar una partida directa como el resto de administraciones, sino que en respuesta a una consulta de los diputados del PP remitida a la mesa del Congreso a principios de año señaló como única opción viable la participación de las obras en la convocatoria del 2% cultural para recuperación de patrimonio que convoca cada año el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Una subvención para la que el proyecto no cumple con los requisitos necesarios.

Durante el acto de ha alzado una viga con una placa conmemorativa Francis Silva

El presupuesto total de las obras asciende a 17,5 millones de euros, con un 60% financiado por la Junta de Andalucía, la Diputación, el Ayuntamiento de Málaga y la Fundación Unicaja, y el plazo de ejecución rondará los tres años. Las constructoras Hermanos Campano y el Grupo ORP están al frente de los trabajos tras resultar adjudicatarias y cuentan con experiencia en intervenciones similares en otros templos y edificios históricos de la ciudad como la Alcazaba, el Seminario, las parroquias de Santiago y de los Santos Mártires, el Hotel Miramar, el Convento San Andrés o el Teatro Romano.

Juan Manuel Sánchez La Chica y Adolfo de la Torre Prieto están detrás del diseño del proyecto, basado en el original de Ventura Rodríguez pero empleando las técnicas y tecnologías actuales.

«Diego de Siloé, Diego de Vergara, José de Bada o Antonio Ramos son nuestros socios en este trabajo», ha subrayado La Chica durante su intervención en homenaje a quienes les precedieron siglos atrás en el cargo de arquitectos de la Catedral malacitana.

La paralización de las obra no solo dejó a la Catedral sin la cubierta, también sin las cuatro torres que flanquean las puertas del crucero, la torre sur, las sacristías norte y sur, así como todo el conjunto iconográfico que remataba el templo en la parte superior. En este caso, y contradiciendo el dicho, las obras empiezan por el tejado, donde los trabajos comenzarán con la demolición de la capa de ladrillos instalada en 2009 y que resultó no solo fallida, sino perjudicial para las bóvedas.

Posteriormente, se dejarán las láminas de plomo como base para proteger el edificio de las inclemencias del tiempo y a la vez se realizarán los preparativos para instalar la estructura de vigas de madera sobre la que se erigirá el tejado, que dará lugar a un espacio creado bajo cubierta donde se prevé un nuevo recorrido para la contemplación y musealización del trasdós de las bóvedas.

«Las sacristías ya no se harán, pero iremos terminando lo que podamos terminar», ha apuntado Jesús Catalá, quién ha agradecido el apoyo de las administraciones públicas y entidades privadas que han colaborado con sus aportaciones al proyecto. Muy críticos han sido, por su parte, el alcalde de Málaga y el presidente de la Diputación Provincial al referirse a la ausencia del Gobierno.

El obispo de la Diócesis, Jesus Catalá F. S.

«En el impulso de una ciudad, de un proyecto, las administraciones públicas son fundamentales», ha dicho Francisco Salado, «Málaga necesita el compromiso del Gobierno en asuntos tan importantes como este; esa silla no puede quedar vacía». El presidente ha instado al Ejecutivo a unirse a la causa y el alcalde de Málaga se ha sumado a la invitación. «Siempre hay tiempo, a lo largo de estos dos años y pico, para que haya algún pronunciamiento a favor», ha apuntado Francisco de la Torre tras recordar que desde el Consistorio ya ofrecieron una visita al director general de Bellas Artes, Isaac Sastre, para que pudiera contemplar las grietas que afectan a las cubiertas.

«Este proyecto es un reto que se antojaba como una ilusión lejana pero que ahora es una realidad imparable», ha destacado por su parte el deán de la Catedral, José Ferrary, en un acto que ha estado acompañado con la música de los órganos del templo y en el que también ha participado el consejero de Turismo y Cultura, Arturo Bernal, quien ha destacado la colaboración del Gobierno andaluz y en especial de la Consejería de Economía y Hacienda, de la que está al frente la malagueña Carolina España, también presente.

«La Catedral ha sido testigo de los últimos cinco siglos de Málaga y es un símbolo identitario de la ciudad», ha apuntado el presidente de la Fundación Bancaria Unicaja, José Manuel Domínguez. La entidad es el principal agente privado que participa en la financiación de las obras, con 1,5 millones de euros.

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