Entrevista Love of Lesbian
«La variante delta no es una broma, la gente no se puede quitar la mascarilla en un concierto»
Santi Balmes, vocalista de Love of Lesbian, atiende a ABC antes del concierto en Fuengirola para hablar de su gira en medio de la pandemia
Santi Balmes en el centro con su banda
Love of Lesbian fue el primero que se atrevió a hacer un concierto masivo sin distancia de social con test de antígenos . La experiencia salió bien. Este verano, Marenostrum Fuengirola repitió ese protocolo para el evento de música electrónica Castlepark, con la estrella ... mundial Nina Kraviz como cabeza cartel. Ahora los caminos de la banda y el recinto de conciertos de la Costa de Sol se cruzan en el festival Luna Sur . Antes, Santi Balmes, vocalista del grupo, atiende a ABC con la promesa de un directo donde el público «se lo va a pasar muy bien, pero sin bajar la guardia».
¿Cómo ha sido el regreso a la carretera?
Hemos pasado momentos difíciles y resignación. Había que adaptarse a lo que podías hacer con las restricciones. Era un campo de juego mucho más limitado, pero llegó el momento de ponerse a jugar.
Lo primero fue aquel concierto con test de antígenos en el Sant Jordi…
Tuvimos críticas y apoyos, pero un titular capcioso puede generar muchísima mala prensa. Hubo algunos que me dejaron realmente alucinado, pero hicimos más de 5.000 test y no había la variante delta. No había ese índice de contagio. Hay que tomar nota. Ahora no puedes invitar a la gente a que se quite la mascarilla. No se puede. En aquel momento hubo críticas y éramos conscientes de que iban a llover. Me llegué a quitar 15 días de las redes sociales. Solo leen un titular y ya opinan. Eso genera polémicas innecesarias. Muchos de los que criticaron no lo leyeron el protocolo que había y luego tuvieron que callarse la boca.
¿Ese tipo de experiencias no sirven con la variante delta del coronavirus?
Con esta variante se debe insistir en que, aunque sea verano, la mascarilla no te la puedes quitar. Lo veo complicado para los festivales, porque son muchas horas y se puede generar un problema. Hay que ser sensatos. La alarma social se crea de una forma rapidísima. Ha habido una cierta laxitud antes de la delta. Hay que dar un paso atrás. La variante delta no es ninguna broma y la gente no se puede quitar la mascarilla en un concierto. No hay que relajarse.
¿Y cómo son ahora las giras?
Somos muy cautos y prudentes. A nivel interno, tanto en la grabación del disco como cada vez que subimos a la furgoneta hay una PCR previa del grupo y todo el equipo. El resultado negativo es una condición sin la que no se puede entrar dentro de la furgoneta. Ahora nos jugamos mucho y todos dependeremos de todos. Es una lección que hemos aprendido y no se circunscribe no sólo al concierto, si no a todas las relaciones de la gira, como quien entra o no en el camerino.
¿Cómo se toma todo el equipo esas medidas?
Son conscientes de que más vale tener la información antes de propagar la enfermedad. No es un tema de perder un día de curro, sino que ha primado el no contagiar a nadie más. Hemos tenido personas del ‘staff’ que no han venido a un concierto porque han dado positivo y han tenido que estar en cuarentena. Un chico que estuvo en la gira anterior y que ha ayudado a la confección de los audiovisuales ha estado en la UCI. Nos ha tocado tanto profesionalmente como personalmente. Nadie ha frivolizado. Ya tenemos una edad todos. Sabemos que hay que cuidarse. Además, son personas que son autónomos y que no se pueden pillar la baja así a la ligera.
¿Y ha notado cambio sobre su labor sobre el escenario?
Al final, la banda tiene que ser un docente y hacer pedagogía de ciencia. Creo que es necesario dar ejemplo e implorar que se respeten las medidas sin que show se resienta. Hay que hacerlo sin romper la magia de un concierto, que se puede hacer si el cantante se pone borde. Es una labor que tenemos que ir aprendiendo. En mi caso, abogo por que se comporten como si estuvieran de pie, pero sentados.
VEHN (Viaje épico hacia la nada) es el nuevo disco. ¿Cómo va?
Va bien. Entró en número uno. Hemos reflejado un momento de claustrofobia y angustia personal, que coincidió con una pandemia que le ha dado un contexto que no nos hubiéramos imaginado jamás. Es previo, pero ha habido una extrapolación de un bloqueo interior y personal con ciertos temas legales que tuvimos que solventar los pasados años. Eso dio lugar a un disco de liberación. Aquel momento hace que todo el mundo se sienta implicado o aludido ahora.
¿Qué reacciones estáis teniendo?
Aún es pronto, pero me sorprende siempre el «parece que habláis de mi» o «habéis entrado en mi vida mientras dormía». Esas frases que escuchamos continuamente y que tiene relación con esa sanación casi mágica, y un poco vampírica, que hace que cuando hablas de ti mismo haya personas se vean identificados por estar pasando algo parecido. El «has entrado en mis sueños» lo escuchamos bastante. Hay gente que se ha decidido a montar negocios, a divorciarse o salir del armario después de alguna canción. El disco es una invitación a dar pasos y hay quien los ha dado.
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