«El turismo masificado hace que el cliente de alto poder adquisitivo busque otro destino»

– ¿Es buen momento para invertir en la Costa del Sol?

– Hay 600 millones de habitantes en Europa a solo tres horas de vuelo. Esta zona ofrece seguridad jurídica, en las inversiones y no hay conflictos. Todos los mercados turísticos del norte de África han caído por el terrorismo. Aquí se ofrece estar en Europa, en el Mediterráneo, con un nivel altísimo de infraestructuras, que hay que mejorar y cambiar, y con 300 días de sol al año. Los colegios privados aumentan de forma exponencial y están llenos con los hijos de los altos ejecutivos europeos que se vienen a vivir aquí. Hay unas 70.000 viviendas entre 500.000 euros y dos millones que están vendidas.

Sin embargo, la asociación de hoteleros de la Costa del Sol ya ha detectado una pequeña fuga a otros destinos más baratos…

– La forma de crecer es la calidad. Que un turista por precio se vaya a Túnez me parece bien. Aquí queremos calidad y eso va relacionado con la seguridad. No sólo los gobernantes tienen que poner medios, sino que también los empresarios deben implicarse. La senda litoral, por ejemplo, es un cambio brutal en la zona. La gente de calidad viene por ese tipo de cosas. El turismo masificado hace que el cliente de alto poder adquisitivo busque otro destino. Los nuevos hoteles que se anuncian son todos de cinco estrellas y Gran Lujo.

¿Y qué habría que hacer para evitar la masificación?

La masificación hay que controlarla. Los empresarios deben saber lo que pueden hacer. No podemos vender habitaciones por 35 euros. Puerto Banús tiene cierta fama con el ocio nocturno, pero esto es mi hogar y lo quiero limpio y bien para cuando haya visitas. No puede haber gente en paños menores o ebrios cruzando las calles. La Costa del Sol seguirá creciendo, pero hay que apostar por la calidad y controlar la masificación. Este turista es depredador. Sólo deja problemas y mala imagen, que espanta al cliente que viene a comprar una casa.

¿El turismo de salud es una apuesta por esa calidad?

– El turismo de salud está creciendo y es una batalla global, porque el cliente es de alto poder adquisitivo y puede irse a Tailandia cuando quiera. Tenemos que apostar por la calidad y el buen servicio. Es un proceso lento, pero seguro. En Andalucía está creciendo y los hoteles incorporan nuevas ideas. Nosotros no solo le enseñamos a cuidarse, sino que también le hacemos un seguimiento cuando están en casa. Esto genera un vínculo de confianza.

¿Qué futuro tiene este tipo de oferta?

– La longevidad es uno de los grandes desafíos de Europa. Si vamos a vivir 20 años más, lo querremos hacer con cierta calidad. El concepto es que ayudamos a las personas a mejorar su calidad de vida. En todos los hoteles de Gran Lujo aparece la palabra «Wellness». Esto no va a parar de crecer. En países como Alemania, las compañías de seguros prefieren pagar un tratamiento de este tipo al año antes que un corazón dentro de diez años. Los altos ejecutivos tienen seguros de vida y médicos que les obligan a usar estos servicios para que no les retiren las pólizas.

¿Y cuál es la situación del turismo de salud en Andalucía?

– Nos falta juntarnos y hacer un paquete de venta en el que la gente identifique Andalucía como un lugar donde hacer una semana de cuidado de su salud. El futuro es brillante, porque la gente cada día es más consciente de que quiere vivir mejor. Hay bastantes establecimientos que son desconocidos y balnearios antiguos. El problema es que somos pequeños y no podemos darnos a conocer en el mundo. En nuestro caso, estamos con «Small Luxury Hotels of the World», una asociación de hoteles independientes a nivel mundial que hace que la imagen vaya a todo el mundo y las ventas se multipliquen exponencialmente.