«¿Qué quiere, que me masturbe?» Siete años para un hombre de Estepona que violó a su mujer tras drogarla

Además de los dos episodios de abusos sexuales, la víctima llevaba años siendo humillada y vejada

«Sólo recuerdo que hice pollo para cenar; creo que me ha vuelto a violar»

Ciudad de la Justicia en Málaga, donde han sido juzgados los hechos Francis Silva

«Idiota, subnormal , no vales para nada». «O follas o no duermes en mi cama». Un hombre de Estepona ha sido condenado a siete años de cárcel por haber violado dos veces a su mujer después de drogarla. Ésa ... fue su respuesta a la negativa de ella de mantener relaciones sexuales tras una vida en común de humillación y vejaciones. « No quiere que la toque ; qué quiere, ¿que me haga una paja?», le llegó a decir a la Policía tras ser detenido.

Todo ocurrió en 2017 , pero no ha sido hasta casi cinco años después que los hechos han sido juzgados al fin . Casi para nada, porque todo estaba bien claro desde el primer momento. El tipo, con 35 años cuando sucedió todo (ella 33) confesó los hechos y ni siquiera su defensa había presentado escrito contra la petición acusatoria del Ministerio Fiscal.

La sección octava de la Audiencia Provincial de Málaga lo acaba de condenar a un total de siete años de prisión. Seis por un delito contra la libertad sexual y otro más por haberse saltado la medida de libertad vigilada de la que ya era objeto .

Su defensa pide que se reduzca la pena a seis años, recordando que el propio fiscal solicitó cinco por la violación y apelando a un error en el fallo. También se le ha impuesto un alejamiento de la víctima y la obligación de indemnizarla con 10.000 euros.

Dos episodios probados... y confesados

En concreto, la condena se produce por los dos episodios probados, y confesados, en que el individuo narcotizó a su mujer para abusar de ella . Dos noches. En una fecha indeterminada de septiembre de 2017 y el 8 de noviembre de ese mismo año.

A la mañana siguiente, ella se levantó desorientada y con la ropa interior y sus genitales húmedos de lo que parecía ser semen. «Qué malo tiene, es sólo Diazepan para que duermas mejor », le había asegurado él la noche anterior al administrarle la pastilla que anularía su voluntad.

Fue la gota que colmó el vaso. El episodio que motivó la detención del hombre y ahora su condena. Y ni siquiera tendría siquiera que haberse dado, porque cuando se produjeron los abusos el condenado ya tenía desde hacía unos meses una orden de alejamiento dadas las continuas vejaciones y agresiones que 'regalaba' a su mujer, con la que llevaba casado siete años, aunque eran pareja desde casi dos décadas atrás. Desde la adolescencia.

Pero su dependencia emocional la llevaba a perdonarlo una y otra vez . Él siempre la chantajeaba usando a sus hijos. Tienen tres.

Tras el alejamiento, volvió a casa , por tanto. Y ella decidió que dormiría con los críos. Pero cómo frenar su apetito sexual. Ni la incomprensión a que no lo acogiera en su lecho.

Después de la primera violación, en septiembre, ella vuelve a echarlo del domicilio . Pero él estrella su coche , intentando suicidarse. O al menos eso parece. Sentimiento de culpa; de nuevo el perdón. Otra vez en casa. Y en noviembre otra vez las pastillas, y las bragas mojadas. «Yo sólo recuerdo que ayer hice pollo de cena ; apenas lo probé. Creo que me ha vuelto a violar , quiero salir de aquí porque no puedo más», le contó a su hermana tras suceder los hechos.

Hasta una de sus hijas había sido testigo. « Sabía que papá te ha puesto una pastilla chiquitita en la bebida. A veces se las quito. Y he visto cómo te bajaba la ropa y él también se la bajaba. Yo me he hecho la dormida. También te hace fotos con el móvil cuando estás dormida y desnuda», le reveló la pequeña, según dijo ella a los agentes.

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