Picasso frente a sus raíces en Málaga

Es la recreación de un tránsito intelectual de norte a sur. «Al contrario del que hizo Matisse», remarcó José Lebrero, director artístico de la pinacoteca. La exposición trata de demostrar en 204 creaciones, entre escultura, pintura, dibujo y obra gráfica , como el artista se sirvió del patrimonio histórico de su tierra para regresar a sus orígenes mediante su talento. Para ello, se centró en la visión del Mediterráneo más del sur. «No la Costa Azul, sino el Mediterráneo español», afirmó Lebrero, que es el comisario de esta muestra temporal enmarcada en el 15 aniversario del Museo Picasso de Málaga y que estará abierta hasta el 3 de febrero.

Un repaso a la memoria colectiva de la cultura ibérica desde sus vestigios más ancestrales y la revolución que Picasso hizo de esta historia artística. Se articula «un juego de dobles correspondencias» entre la cultura íbera, fenicia y greco-romana con la visión del autor de un mundo que se adentra en los años más oscuros de Europa, donde las reglas de convivencia saltan por los aires.

Su viaje incluye a Juan Sánchez Cotán, Juan van der Hamen o Diego Rodríguez Silva. La maternidad es contada en una misma sala por Zurbarán, Murillo y Velázquez frente a la interpretación sin norma, ni academia de Picasso de ese mismo tema. Saltan temáticas como las dolorosas y la iconoclastia religiosa se transforma en sus manos, pero deja referencia a la tradición de la Andalucía que le vio nacer .

Están Alfonso Cano, Antonio de Pereda, Pedro de Mena o Francisco de Goya. Son las costumbres expuestas bajo la visión de la historia. La tauromaquia, los bodegones, los rituales sociales o la muerte bajo los ojos del Barroco son algunas de las temáticas que muestran a Picasso con el alma y la imaginación desnuda frente a sus musas .

Pero también se ve al genio cubista como inspiración de los que le siguieron . La icónica guitarra, símbolo del duende flamenco que tanto atrajo al pintor, conduce al visitante por las obras de María Blanchard, Juan Gris, Moreno Villa, Manuel Ángeles Ortiz e Ismael González de la Serna. Ocurre en una parte de la exposición donde se atisba la aportación de Picasso a la obra de otros autores que convivieron e imaginaron en base a sus creaciones.

La música es parte importante de este montaje y copa el final de la exposición. Es donde aparece Manuel de Falla y «Le tricorne», el ballet ambientado en España que el compositor estrenó en Londres en 1919 con la colaboración del pintor, que diseño la decoración y los vestuarios, cuyos bocetos están expuestos en esta muestra.

Lugar donde se escucha la voz de Pablo Picasso en una entrevista en español para Radio Paris donde decía que no haber olvidado nunca a España. «Estar en el extranjero me vuelve más español» , concluía el artista cuando acababa de cumplir 80 años.