El Palacio Episcopal de Málaga viaja por España con los ojos de Sorolla

La exposición, que cuenta con la colaboración del Museo Sorolla de Madrid y la Fundación Museo Sorolla, ya ha visitado diversas ciudades españolas. La última de ellas Sevilla, donde recibió más de 25.000 visitantes . Según el conservador del Museo, Enrique Varela , se enmarca en una política de exposiciones itinerantes que trascienden el ámbito madrileño y extienden el conocimiento de la figura del artista.

Con «Sorolla tierra adentro», la Fundación Unicaja se estrena en la gestión cultural del Palacio Episcopal hasta donde ha traído, además de las 61 pinturas expuestas en Sevilla, medio centenar de obras más en las que se incluyen los lienzos de tipos españoles que el artista realizó como modelos para los grandes paneles que la Hispanic Society de Nueva York le encargó para su biblioteca.

Esta parte de la exposición, con lienzos de gran formato, son su particular «visión de España», escenas costumbristas que reflejan la realidad de cada lugar a través de sus paisajes y de personajes ataviados con trajes regionales que protagonizan escenas propias de la cultura popular. Un trabajo-según explica la comisaria de la muestra, Carmen Pena , «que hoy resulta un poco arcaico pero que en aquel momento trataba de conservar las imágenes típicas de España en la historia popular».

Aunque en la muestra se hace una concesión al mar, por ser la marca dominante de Sorolla, su carácter regionalista republicano centra la práctica totalidad de las obras , que recogen los paisajes de la Albufera y su arquitectura popular, con caseríos, alquerías, barracas y huertas, para pasar después a retratar la arquitectura urbana y los monumentos de la Valencia antigua y moderna.

En 1989 marcharía a Madrid, donde entraría en contacto con la Institución Libre de Enseñanz a y comenzaría a descubrir, según señala Pena, «el paisaje sentimental y austero de Castilla». Retrataría primero el plantío de la sierra de Guadarrama y posteriormente el «seco y áspero paisaje de Castilla» transmitido por la Institución. Una etapa en la que plasmaría también la Catedral de Burgos, el Castillo de la Mota o el Alcázar de Toledo como representación de lo que no es efímero, la tierra y las construcciones históricas.

En el norte, se enfrentaría a una lucha con el frío color verde, «difícil de contrastar e iluminar», pero en el que Sorolla consigue introducir su estilo, explica la comisaria. Y sería Andalucía la que enamoraría al pintor de la Belle Époque. Granada y Sevilla serían su fuente de inspiración para la visión de España encargada por la Hispanic Society . Las calles del Albaicín, las cuevas del Sacromonte y el paisaje sonoro de las fuentes de la Alhambra y el Generalife conviven con el entorno rural de la capital hispalense en cuadros de dehesas y fincas de cría del toro.

«Destacar en una época donde brillan tantas estrellas no es fácil, y sin embargo Sorolla brilló», ha subrayado durante la presentación el presidente de la Fundación Unicaja, Braulio Medel, que ha destacado la figura del artista como un pintor «de gran atractivo cultural en el más amplio sentido», que atrajo a minorías y a mayorías . Con la muestra se inaugura a la vez este nuevo centro cultural en las instalaciones del Palacio Episcopal al que la Fundación pretende llevar, según Medel, «actividades culturales de muy diversa índole».