Melendi anuncia una cuarta paternidad en Starlite

El cantane tiene otra hija, Lola, con su actual pareja y dos hijos nás de una relación anterior, Marco y Carlota, frutos de su amor con la también cantante sevillana Damaris Abad «Dama». Es la familia númerosa de un artista consagrado que cerró el festival veraniego de Marbella abriendo la gira «Ahora Tour» .

El nuevo trabajo tiene la presencia de Carlos Vives en «El arrepentido» o Alejandro Sanz y el rapero Arkano en «Déjala que Baile». Melendi nada tiene que ver con aquel chaval que irrumpió con rumbas en el panorama musical. Hay canciones de éxito que ya no canta porque no se siente identificado con ellas. Si suena «Como el agua y el aceite», que dedica a su amiga Joaquina Fernández .

Canción en la que se emocionó hasta el punto de que asomaran las lágrimas del cantautor. «Joaquina Fernández cambió mi vida en media hora . Todo lo que vino después fueron reminiscencias, fruto de aquel choque entre un planeta inerte y una estrella omnisciente», reseñó sobre la mujer que le enseñó a «mirar para adentro» y ahora fallecida. «Una de las personas más importantes de mi vida» , remarcó emocionado sobre el escenario.

El trabajo de esta «coach» alumbra el cambio de Ramón Melendi. Ese que retrata en «Cenizas en la eternidad» . Esa canción que denominó a su legión de seguidores como «guerreros» y en la que explica las razones por las que dejó la rumba, sus miedos y da las gracias por el apoyo de sus fans en los momentos más duros. Tiempos que se acabaron cuando conoció Joaquina y que van camino de coronarse con otro miembro en la familia al que enseñar la filosofía de vida que su amiga desaparecida dejó escrita en su libro: «Pienso en ti».

Metamorfosis a la que sobreviven canciones como «Con solo una sonrisa» o la eterna «Caminando por la vida». A eso se suma un repertorio que tuvo una cumbre de madurez en «Quítate las gafas» y que confirma con «Ahora». Un Melendi que pasó de la rumba al rock y que ahora suma el ritmo latino para volver a dejar volar los pies, pero sin caer en los brazos de los demonios a los que se enfrentó arropado por una familia que crece y por una amiga a la recuerda con cariño.