Malagueños atrapados en Tailandia: «La sanidad aquí no es la de España, queremos estar con la familia»

Salieron de Madrid el 1 de marzo con previsión de pasar 24 días en el país asiático. Pero la aventura se ha convertido en una odisea de casi dos meses. Desde el bungaló de un hotel en Ko Lanta , al suroeste del país, Miguel Ángel González cuenta a ABC que tomaron la decisión de trasladarse a la provincia de Krabi porque es más tranquila y hay menos turistas .

Lo hicieron el día 18 marzo, cuando decidieron que debían regresar a España lo antes posible y cancelaron todas las actividades que tenían programadas en este viaje de «desconexión». «Nos pusimos en contacto con la compañía aérea, Royal Jordania, y nos dijeron que nos buscarían un vuelo para el 10 de abril . Después nos lo retrasaron al día 24 y así continuamente hasta que nos dijeron que dejaban de operar», explica González.

Estos cuatro compañeros de trabajo se pusieron en contacto con la embajada de España en Bangkok , que en un principio se limitó a remitirles un correo automático al que ha tenido acceso este periódico en el que les recomendaban contactar con la aerolínea para regresar a la mayor brevedad posible y un listado de recomendaciones.

No podían quedarse de brazos cruzados así que decidieron alzar la voz en un vídeo difundido a través de las redes sociales para pedir ayuda. «La embajada sólo nos responde con mensajes automáticos, los vuelos están a un precio que no nos podemos permitir y las fechas donde son más asequibles son a partir del 31 de mayo», contaba Miguel Ángel, que decía en el vídeo querer estar junto a su familia.

Tras su publicación, la embajada se ha puesto en contacto este mismo jueves con ellos y con sus familias por vía telefónica, y está tratando de organizar su vuelta y la de otros tantos españoles que se encuentran ahora mismo en Tailandia con las manos atadas y sin medios para viajar. Aunque aún no tienen el billete, Miguel Ángel explica que les han comunicado que podrían viajar el 1 de mayo. «El problema ahora es ir desde donde estamos hasta Bangkok , y nos tenemos que buscar la vida. No hay vuelos y solo podemos volver en taxi, pero estamos a mil kilómetros de distancia», apunta.

Cuando llegaron a la isla aún no se habían establecido restricciones, aunque por precaución hicieron lo posible para aislarse durante 15 días y no tener contacto con el circulo de personas que habían tratado hasta la fecha. Fue a partir del 10 de abril cuando empezó el toque de queda. Para los turistas, la movilidad se limitaba entre la salida y la puesta del sol , pero como en el resto del globo, la gravedad ha ido escalando y ahora están «encerrados» en los bungalós.

En cualquier caso, el viaje de placer ya se había truncado hacía semanas. «Aunque antes tuviésemos más libertad tampoco la disfrutábamos. La preocupación pasó de ser qué sitio íbamos a visitar al día siguiente a cuándo podríamos volver a casa» , señala Miguel Ángel al otro lado del teléfono. Y aunque por cultura se guardan las distancias, viven con la incertidumbre de contagiarse en un país en el que la sanidad «no está igual de preparada que la de España, y mucho menos en la isla en la que estamos».

Mientras esperan que la embajada les traiga a la península, estos malagueños han sustituido las visitas a las playas, los templos y los exóticos parajes naturales del sudeste asiático por los portales de noticias. «No paramos de mirar vuelos y buscar información de la situación del coronavirus en España. Es nuestro día a día» , explica.