Entrevista
Fito Cabrales: «Mi móvil sigue siendo un teléfono para llamar y enviar SMS, pero a YouTube lo adoro»
El autor vasco está de gira por España y llega este sábado a Marenostrum Fuengirola tras tocar en Granada
El concierto es el 'pistoletazo' de salida a un verano musical lleno de grandes bandas en la Costa del Sol
J.J. Madueño
Fito&Fitipaldis llega este sábado a Marenostrum Fuengirola para abrir junto al Castillo Sohail más de 60 noches de conciertos hasta septiembre. Es la siguiente parada de 'Cada vez cadáver tour' tras tocar en Granada . La gira lo ha devuelto a la carretera ... después del «apocalipsis», de un recopilatorio que acabó en el Royal Albert Hall y de siete años de espera para tener material inédito de este artista, que ha pasado de tocar en los bares a ser un referente masivo del rock en español. Fito está de vuelta.
¿Qué espera de esta gira?
Así, de primeras (ríe). Lo espero todo. Todas son increíbles. Cada gira se celebra de una forma brutal. Siempre, desde antes de la pandemia, una gira es una celebración. Es algo anterior al apocalipsis. Es una cosa que se prepara muchísimo y donde se implica mucha gente. No entendemos el mundo de la música si no hay gente para escuchar. Es algo para compartir. Podemos hacer discos, canciones… Es maravilloso, pero no puedo hacer discos si no los voy a tocar delante de gente. No entiendo el rock, ni la música, si no es para cantar a alguien. Necesito esa energía del rock que decía Miguel Ríos. Esa respuesta del público.
Y si necesita eso, ¿por qué pasa tanto tiempo entre disco y disco?
Es parte del proceso. Sacamos un disco y hacemos una gira, pero al acabar esa gira me dedico a mi vida. Es la conciliación que necesito. La música no puede estar siempre lo primero en la lista, porque tengo tres hijos, una mujer, hermanos y familia. Necesito que todo camine en paralelo. Me hace falta esa parte de mí para que la música funcione.
¿Qué hace en ese tiempo?
No dejo de tocar, porque es algo que me gusta. Me voy de los escenarios y de lo público. No estoy expuesto, pero la música sigue. Sigo tocando. Es algo que viene con la edad. Cuando éramos chavales era todo el rato estar de gira o pensando en música, pero ahora no. Con los años tienes otras necesidades y es muy difícil estar todo el rato pensando en la música. La gente como yo somos o todo o nada. No puedo pensar en un disco trabajando tres horas, luego una siesta, voy a buscar a mi hija, trabajo otras dos horas y luego voy a hacer un recado. Si hago un disco son 24 horas, hasta que me desmayo o sale para adelante. Es muy complicado conciliar en ese proceso. Por eso hay esos lapsus tan grandes, hay momentos en los que me dedico a la música y otros que no.
«No entendemos el mundo de la música si no hay gente para escuchar. Es algo para compartir»
Muchas veces asusta a sus seguidores diciendo que lo quiere dejar…
Eso lo decimos mucho (ríe). Es que hay una sensación de vértigo cuando todo empieza, porque estoy en mi casa tranquilo, que me lo paso muy bien tocando para los míos, y luego tienes un proyecto e involucras a toda la gente. Eso te da vértigo. Hay momentos de estrés o que estás abrumado y dices eso. Cada vez que acabo una gira le digo a mi mánager, que es mi amigo, que monto un bar, dejo de viajar y soy feliz. Es algo que le he dicho durante 30 años. Pero no tengo otro plan que no sea cantar y hacer canciones. Soy feliz en el rock. Todo lo que tengo se lo debo al rock. Las amistades, mi mujer, las alegrías… Estoy enamorado desde los 14 años del rock. No sé levantarme sin escuchar discos o ver cómo toca no sé quién en Youtube.
¿Cómo se lleva Fito con las redes sociales y las nuevas tecnologías?
(Ríe) Soy un paleto. Un neandertal de las tecnologías. En mi móvil tengo SMS. No tengo más. No tengo ni WhatsApp. Si tengo que hablar con alguien, lo llamo. En ese sentido soy un carca.
Vaya, pensaba pasarle el enlace de esta entrevista por WhatsApp…
No, no (Rie). Cuando necesito algo de nuevas tecnologías tengo que tirar de mi mujer o de mis hijos. No tengo ni puta idea. Me ha sucedido más de una vez. Me dicen que tengo que grabar un video para algo y les digo que esperen a que venga mi mujer, que yo solo tengo mensajes, no puedo mandar el video por ningún lado. No las uso. Mi móvil sigue siendo un teléfono para llamar y SMS, pero YouTube lo adoro.
¿Y eso?
Puedo ver actuaciones que me gustan con ese sonido fatal del directo de un móvil. El acercamiento de los chavales a la cultura y la música es brutal gracias a las redes. Cuando tenía 18 años y escuchaba 'Made in Japan' de Deep Purple ponía el disco y era sólo eso. No sabía ni que amplificador llevaba, ni como colocaba el micrófono Ian Gillan, ni el diámetro del bombo de la batería. Eso ahora sí se sabe con YouTube. Está todo al alcance de la mano. Ahora están los discos, pero también sabes cómo afina tal guitarrista o qué parches pone no sé qué baterista. Es una herramienta brutal.
«Cada vez que acabo una gira le digo a mi mánager que monto un bar, dejo de viajar y soy feliz. Es algo que le he dicho durante 30 años»
Volviendo al disco «Cada vez cadáver'. Es anterior a la pandemia, pero la grabación os la paró en seco el Covid…
El disco lo grabamos en Estudio Uno. No nos enteramos de nada. Allí no pasaba nada de lo que ocurría fuera. Cuando nos fuimos para casa solo quedaba alguna grabación, unos coros, era poco, solo unos detalles. La grabación con los músicos estaba acabada ya. Tenía que ir a hacer unos coros, pero poco más. Siempre intentamos grabar en directo. Salimos del estudio y quedé con Carlos Raya para la siguiente semana. De repente empezaron los nubarrones del apocalipsis este de la pandemia y pasó un año hasta que pude que ir a verlo. Tuvimos que esperar, pero Carlos Raya en el estudio de su casa lo mezcló. Hubiera sido peor que nos hubiera pillado en mitad de la grabación con todo el equipo. Se va creando un ambiente día a día muy especial. Volver a generar esa mística hubiera sido una putada, pero no fue muy grave. Cuando comencé a ir a casa Carlos, íbamos él y yo solos haciéndonos una PCR.
¿Cómo lleva eso de ser un ídolo de masas?
Tengo la suerte de haber tenido mucho tiempo de asimilación. Empecé muy joven a tocar y luego con 'Platero' éramos cuatro amigos. Íbamos de bar en bar, luego una fiesta y fue muy poco a poco. Hicimos más de lo que habíamos soñado. Cada disco funcionaba un poco mejor y a cada gira iba más gente. De alguna forma es más fácil que un chaval que su primera banda lo peta de pronto. Eso es un compromiso. Pero en mi caso, cuando acabé con 'Platero y tú' y comencé con Fitipaldis fue igual. Empezamos en bares, luego en salas y la primera gran gira fue como teloneros de Extremoduro. Eso me hizo que no me sintiera abrumado. Todo ha ido paso a paso. Ahora tengo 55 años y sé que no soy mejor que nadie, ni más importante. Sé que lo que trasciende es la música, la historia que hay detrás. Te quitas esa responsabilidad. Es fácil no tener un ego desmedido con 55 años, pero con 19 años requiere un esfuerzo titánico.
«Es fácil no tener un ego desmedido con 55 años, pero con 19 años requiere un esfuerzo titánico».
Dice que «trasciende la música». ¿Alguna vez dejarán de pedirle 'Soldadito marinero'?
Espero que no. Es el único motivo por el que es válida esa canción. Cada gira que hacemos, cuando viene 'Soldadito marinero' es alucinante. Se crea un clima brutal. Es una canción que no se me ocurre tocarla en mi casa, pero en un concierto en la gira cobra todo el sentido. Ya no es mía, ni pertenece a los Fitipaldis. Es de la gente. En ese momento en el que suena en directo te das cuenta de que es imprescindible. Es precioso lo que crea esta canción.
La última gira la acabó en el Royal Albert Hall de Londres. ¿Hay alguna sorpresa para esta?
Acaba en Santander. Era el primer concierto que teníamos programado y no pudimos tocar por culpa del Covid. Pero entiendo por dónde va la pregunta. La recompensa o el regalo que no teníamos previsto en la anterior gira fue el Royal Albert Hall, que en esta ocasión va a ser San Mamés [11 de junio]. Íbamos a tocar dos días en el BEC [Bilbao Exhibition Centre], pero nos sugirieron San Mamés (resopla). No puedo ver partidos del Athletic porque solo veo un escenario en mitad del estadio. Es enorme. Es algo que no entra en la categoría de los sueños, porque no te atreves ni a soñarlo. Mira, los de Bilbao somos del Athletic, aunque no te guste el fútbol. Es un equipo que representa tan bien a la ciudad que todos lo sentimos. Si eres de Bilbao, eres del Athletic. Es un sentimiento único. No soy ningún fanático del fútbol, pero tocar en San Mamés es muy grande.
Noticias relacionadas
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete