«Estoy estudiando programación a los 45 años; las chicas tienen que saber que ya no hay barreras»

Hoy es una de los 172 afortunados que, tras un exigente proceso de selección, han iniciado su formación en el campus de programación 42 Málaga impulsado por la Fundación Telefónica ; un logro -solo el de entrar- que ya le ha abierto las puertas a un puesto de trabajo en una multinacional de la consultoría informática.

«Cuando me tocó elegir carrera la informática era para mi hermano, para mi primo... pero no para mí», explica Ruiz al destacar la carencia de mujeres que acumula la enseñanza en las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Durante su trayectoria ha tratado de formarse de manera autodidacta en el mundo de la informática, pero reconoce que el campus es una oportunidad sin precedentes.

«Llevaba ya dos cursos que me había pagado yo, pero llega un momento en que no puedes seguir invirtiendo sin tener un trabajo», sostiene, «que esto fuera gratuito ha sido para mí una puerta abierta».

Teresa confiesa sentirse satisfecha consigo misma después de haber superado la denominada piscina , una prueba final para acceder al campus que consiste en 26 días aprendiendo de manera presencial las primeras nociones de programación y superando retos individuales y por equipos.

Superar el reto le ha permitido entrar a formar parte de la treintena de mujeres (17,5%) que conforman el primer grupo de alumnos que recibirá formación en tecnologías como el Big Data, la Inteligencia Artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT), la ciberseguridad o la programación de videojuegos.

«Las jóvenes tienen ahora la oportunidad de empezar sus carreras y las mayores, la de reengancharnos. A las mujeres se nos empieza a valorar en las empresas. Ya no hay esas barreras y tenemos que transmitírselo a las chicas que vienen detrás », defiende Teresa Ruiz.

La facilidad con la que esta universidad sin profesores ni horarios permite a los alumnos reciclarse fue el imán que atrajo también a Laura García, de 33 años. Aunque licenciada en Periodismo, esta malagueña se dedica profesionalmente al diseño gráfico y ha encontrado en el campus un aliciente para subirse al barco de la programación.

«Hay que romper con la masculinización de ciertas profesiones», apunta, «es el momento de ser más autónomas y tomar el control. No se trata de demostrarle a nadie que podemos, sino comprobar por nosotras mismas que efectivamente es un sector al que podemos aportar muchísimos conocimientos».

En el caso de García, la metodología del campus impulsado por Telefónica, el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía en colaboración con la Diputación Provincial, marca la diferencia con respecto a la formación universitaria, que ha desencantado a muchos estudiantes por la falta de oportunidades al salir al mercado laboral .

En este sentido, en 42 Málaga conviven profesionales de todas las edades con experiencia en distintos campos con jóvenes estudiantes de ciclos de formación profesional o carreras universitarias que complementan con el curso en el campus. Este es el caso de Jaime, un estudiante de Ingeniería de Software en la Universidad de Málaga (UMA) de 19 años que comparte esta experiencia con su padre , Tomás, de 51 años y trabajador en el área de operaciones de Telefónica.

Ambos han encontrado en el método de trabajo colaborativo entre estudiantes y en la filosofía «Up to you» («Depende de ti») una forma de superarse a uno mismo y obtener las competencias necesarias para desarrollarse profesionalmente. «Aquí aprendemos el uno del otro, con la idea de que el conocimiento no te pertenece, sino que debes transmitirlo», cuenta Jaime.

También Félix de Federico, de 19 años, sirve como ejemplo de la variada cantera de talentos tecnológicos que saldrán en los próximos años de estas instalaciones ubicadas en el complejo de Tabacalera. Este malagueño de Rincón de la Victoria estudiaba Ingeniería de la Energía, pero entre las clases telemáticas por la pandemia y la dinámica de trabajo acabo desistiendo. Se planteaba optar por la FP cuando descubrió el proyecto 42 Málaga y decidió jugárselo todo una carta. «Iba a intentar complementar ambas, pero en el momento que vi de qué iba esto, que sabía desenvolverme y me encontraba tan cómodo he apostado a tope».