Alfonso Arranz, vigilante andaluz de la playa: «No todos estarán al lado del agua»

Prevé que uno de los puntos de fricción será que todos los usuarios quieran estar cerca del mar. «Procuraremos que la gente no se apelotone. No habrá problemas de espacios, ni personas que no quepan en la arena. Lo que pasa es que la gente quiere estar muy cerca del agua y todos no van a poder », señala el vigilante.

Su misión es «procurar que se cumplan las normas» sin tener poder coercitivo. «En caso de altercado lo que tenemos que hacer es llamar a la Policía Local» , asegura este vigilante, que dice que las complicaciones en su trabajo dependerán de cómo se tomen las medidas los ciudadanos. «Si se llenan las playas, pues no podrán entrar, aunque las playas no tienen puertas», remarca Arranz, que añade que hay muchos usuarios que no están de acuerdo con las normativas implementadas. «Nosotros informamos sin meternos en problemas» , señala este patrón barco.

Este auxiliar de playas espera volver a su trabajo después del verano. Explica que ha tenido ofertas para volver a estar en un barco, pero que las ha rechazado porque estos tres meses en la Administración, como parte del dispositivo del 112 , tiene mejores condiciones labores.

De hecho, el sueldo de estos 3.000 vigilantes ha sido una de las polémicas suscitadas, porque van a cobrar más de 1.900 mensuales por su labor. «Ha despertado polémica, pero se llega a esa cantidad porque, por nuestra categoría como personal laboral de la Junta , tenemos ese salario base, aplicando complementos por los fines de semana, el prorratea del finiquito, por ser trabajo penoso al estar tantas horas al sol y por trabajar a turnos», explica este vigilante.