El campo traslada a Málaga sus reivindicaciones y los agricultores cortan la A-92

Se recordará como una manifestación histórica , dado el nivel de convocatoria. Desde bien temprano comenzaban a llegar los participantes hasta la pedanía de los Llanos y alrededor de las once de la mañana han partido hacia el recinto ferial de Antequera. Inicialmente no estaba previsto interrumpir el tráfico en ambas direcciones, pero al incorporarse a la autovía los agricultores han invadido los dos carriles en sentido Sevilla y se han producido importantes retenciones en este punto de la vega antequerana . En torno a las 13.30 horas, los vehículos han vuelto a circular en dirección a la capital andaluza.

Mayores problemas se han vivido en misma vía y en la A-45 en sentido Málaga. El paso de la manifestación ha colapsado por completo la circulación , provocando atascos kilométricos que a las cinco de la tarde continuaban y, previsiblemente, se prolongarán durante varias horas más.

Lo ocurrido este jueves es el reflejo del hartazgo que cunde entre los trabajadores del campo, cuya protesta se suma a las convocadas en otras provincias las semanas previas. La demanda es clara y común: mejorar los precios. Denuncian que el sector está ya por debajo de los precios de producción y que la situación es insostenible. Por eso piden una política que garantice la rentabilidad de sus explotaciones y el mantenimiento del empleo. «Esto no es de un día ni de dos, llevamos aguantando 50 o 60 años», ha señalado el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores de Málaga, Francisco Moscoso.

Todas las organizaciones coinciden en los enormes desequilibrios entre los distintos eslabones en lo que afecta a la conformación de los precios, donde el agricultor «es siempre el más débil» y está desamparado. Por la zona en la que se ha desarrollado la protesta, el sector olivarero ha tenido una fuerte presencia, haciendo muy visibles sus reivindicaciones en materia de regulación de mercados y protección de los trabajadores.

Según Baldomero Bellido, presidente de Asaja Málaga, el sector del aceite de oliva, la aceituna de mesa o el vino están sufriendo «un ataque individualizado» . Llevan meses denunciando que los aranceles están trayendo la ruina a sus explotaciones y que son una forma de discriminación por productos y países.

Los intermediarios -ha subrayado Bellido- especulan, y utilizan los precios para atraer productos de terceros países . Una competencia desleal que invade el mercado de productos extranjeros, como ocurrió el año pasado con los cítricos. «Se legisla muchas veces sin pensar en que ésta es una actividad empresarial como cualquier otra», ha lamentado.

El gerente de Cooperativas Agroalimentarias de Málaga, Carlos Cintas , ha valorado que algunos políticos y autoridades hayan apoyado su protesta y les ha invitado a sentarse a la mesa en un calendario de reuniones para que quede patente ese apoyo. También Cintas ha sido muy crítico con la clase política, a la que ha acusado de poner cuestiones como la despoblación o el medio ambiente sobre la mesa y dar la espalda a la agricultura, cuando son precisamente ellos quienes mantienen viva la España vaciada .

El secretario provincial de COAG, Antonio Rodríguez , se ha mostrado sorprendido ante la respuesta de los trabajadores del sector concentrados allí. Ha criticado la forma con la que el Gobierno está afrontando la crisis del campo, cuando ellos la consideran un problema de Estado. «Este campo, que ha despertado y quiere mantenerse en el medio rural, no va a parar. Porque sin rentabilidad, sin precio y sin dignidad esto no funciona », ha dicho.

A la protesta, que ha tomado las principales vías de comunicación de la comarca, se ha sumado un paro agrario generalizado , con el cierre también de establecimientos de venta de tractores o fitosanitarios. Incluso en algunos pueblos se ha vivido un cierre total en solidaridad con el sector, como en Cuevas de San Marcos. «Si el campo para, la ciudad no come» , ha recordado el presidente de Asaja.