El puerto de Málaga bloqueado por las protestas de los agricultores: «Somos una molestia, pero la gente nos apoya»

Este hombre reparte banderas negras a un grupo. «Representa la muerte de nuestro sector», asegura ABC, mientras camina hacia una manifestación que discurrió por calle Larios ante la mirada de los turistas, que «no se comen», recuerda una pancarta atada a un tractor.

Esta misma fue hasta la puerta de las principales instituciones en Málaga a hacerse oír. Fueron a pie, porque los tractores, casi 200, se quedaron aparcados. Tapando la salida del puerto, con los camiones de Hispamaroc dentro sin poder salir.

La lucha del campo ha estallado en Málaga. En Andalucía ha recorrido las ocho provincias. En Málaga también se registraron protestas en Antequera, donde otra tractorada hizo ver que el campo está vivo, aunque lo asfixie la burocracia europea. «Hay que tener empatía con la privatización del sector agrícola. ¡Qué mundo le dejamos a nuestros hijo! La única forma de sobrevivir es no aceptar las leyes de Europa», añade José Antonio Coín, agricultor de subtropicales de Vélez-Málaga.

Este joven agricultor viene de una comarca donde escasea el agua. Las restricciones son habituales y muchos compañeros del campo han tenido que cortar sus plantaciones. «Sí hay una solución para dar agua a Cataluña, pero para nosotros no. Luego se venderán las tierras a bajo coste, vendrá una multinacional y para ellos sí habrá agua», explica José Antonio Coín.

La protesta tiene dos ejes fundamentales. Por un lado están los precios. Los agricultores, en muchos casos, no cobran ni una tercera parte de los que se paga en el supermercado. «Queremos un precio regulado», señala Sebastián Ramos.

Por otro lado está la competencia desleal. «Venimos a bloquear los camiones de otros países como Marruecos», afirma Ramos. «Queremos que se venda producto nacional y luego, si hay demanda, que entre el de fuera. Ahora nos están invadiendo con productos de fuera y el nuestro lo tenemos sin cosechar», asevera David Millán.

Es una acción organizada. No es un calentón. Los agricultores saben muy bien lo que hacen y están pertrechados para poder aguantar con avituallamiento en la cabina de los tractores. Se han organizado por grupos de WhastApp y se han repartido en varios puntos de la provincia para hacer presión. «Estamos hasta el sábado. Vamos a aguantar», remarca Ramos.