El Puerto de Málaga: 150 años abriendo la ciudad al mar

Casi 3.000 años después, la ciudad celebra este 2024 el aniversario de un hito que marcó el inicio de una era de desarrollo y transformación tanto para la ciudad, como para su puerto, que en el siglo XXI ha vivido probablemente su mayor metamorfosis y aún hoy afronta el futuro con nuevos proyectos.

Mañana sábado se conmemoran los 150 años desde la creación de la primera Junta del Puerto, que fundada el 18 de mayo de 1874 constituye el antecedente directo de la actual Autoridad Portuaria, un organismo que ha sido clave en la evolución de la infraestructura y su adaptación a la ciudad. Pero, ¿qué supuso la creación de este organismo?

La Junta fue promovida en su origen por el entonces gobernador Pedro de Torres, que se inspiró en el modelo de la Junta del Puerto de Barcelona, creada en 1868, apenas siete años antes. Su constitución, aprobada formalmente el 30 de junio de 1874, marcó el comienzo de una gestión más estructurada y eficiente de las instalaciones portuarias y, por ende, un paso de gigante para la economía local.

El presidente elegido para liderar esta primera Junta fue Abdón de Paz, entonces secretario del gobierno civil. Desde sus inicios, la Junta tuvo como objetivo la mejora y conservación de las infraestructuras portuarias. Esto incluyó la supervisión de diques, muelles y carreteras asociadas al puerto y ya en 1880, el Puerto de Málaga fue declarado de Interés General, un reconocimiento que reflejaba su importancia estratégica para el comercio y la industria de la región.

La urgente necesidad de contar con unos muelles que permitiesen el tráfico de los buques no se plasmó en una realidad hasta finales de siglo, cuando el 2 de agosto de 1897 se dieron por finalizadas las obras que habían sido proyectadas por el ingeniero Rafael Yagüe en 1876.

Entonces, la intervención del político malagueño Cánovas del Castillo fue decisiva tanto para promover su ejecución como para la creación del Parque de Málaga sobre los terrenos que se habían ganado al mar, evitando así que pudieran ser urbanizados y vendidos como solares para edificar.

En aquellos finales del siglo XIX, Málaga se encontraba sumida en una profunda crisis económica, que se inició con la quiebra del Banco de Málaga, la descapitalización de la industria y el cierre de las ferrerías de la familia Heredia. A ello se unió la crisis económica europea, la revolución del 68, la progresiva pérdida de los mercados americanos por la creciente hegemonía de los Estados Unidos en las antiguas colonias y la ruina de la producción de vino y pasa por la plaga de filoxera.

Todo ello afecto a la actividad de la infraestructura portuaria, en cuya historia también páginas trágicas como el naufragio de la fragata alemana Gneisenau el 16 de diciembre de 1900. La embarcación se encontraba en el puerto a la espera de recoger a una embajada alemana en Marruecos. Echó el ancla en la escollera exterior de uno de los diques, pero la Comandancia de Marina sugirió al comandante de la nave que se refugiara en el interior del puerto porque una tormenta se acercaba.

El consejo fue desoído y las olas rompieron las amarras del buque germano y lo arrojaron contra las rocas del muelle de levante. Murieron 41 marinos alemanes y 12 malagueños perecieron intentando salvar a los náufragos. La reina Regente concedió entonces a la ciudad el título de Muy Hospitalaria y, años después, Alemania recompensó a Málaga con la construcción del puente de los Alemanes, que sustituyó al de Santo Domingo, arrastrado por la gran riada de septiembre de 1907.

Este es solo un episodio de los tantos que dan cuenta del protagonismo del puerto en el devenir histórico de la ciudad, como lo es también el impulso económico en el tráfico portuario que supuso la exportación de productos durante la Primera Guerra Mundial o la importancia durante el conflicto militar en el Protectorado de Marruecos de los muelles malagueños, a donde llegaron muchos soldados heridos para ser atendidos en un hospital de sangre. Papel que le valió a la ciudad otro de sus títulos, el de Muy Benéfica, otorgado por Alfonso XIII en 1922.

Uno de los principales desafíos a los que se enfrentó el Puerto, pero también una gran ventana de oportunidad, llegó a finales del siglo pasado con disminución del tráfico petrolero. Esto requirió derivó en la elaboración del Plan de Ampliación y el Plan Especial del Puerto, que aprobados en 1998, impulsaron una importante remodelación de sus muelles internos, transformando áreas previamente segregadas en espacios urbanos. De aquí surgieron los muelles 1 y 2, inaugurados en 2011, y convertidos en zonas de paseo, comercio y cultura, con la llegada de instalaciones determinantes también para el atractivo turístico de Málaga como el Centre Pompidou.

Todo este bagaje se celebra este año con un extenso programa de actividades bajo el lema 'De un puerto, una ciudad'. El acto central de la celebración tiene lugar esta tarde en la terminal B de Cruceros, donde se reconocerá a diversas instituciones y entidades vinculadas al puerto.

Previamente, esta mañana se ha inaugurado la exposición 'De un puerto, una ciudad: la Junta del Puerto en la Historia (1874-2024)' en el Palmeral de las Sorpresas, organizada por los historiadores Manuel Olmedo y Francisco Cabrera.

También el próximo 11 de julio se emitirá un billete de la Lotería Nacional conmemorativo y se reeditará un cómic con el que se pretende acercar la historia del puerto a los más jóvenes. Además, eventos como la Málaga Sailing Cup y el Brisa Festival se enmarcarán en la celebración del aniversario.