El PP gobernará todos los grandes municipios de Málaga tras la 'toma de Mijas'

El poder del PP se mide en las 39 mayoría absolutas que tiene en la provincia, donde destacan la de Málaga capital con Francisco de la Torre, la de Marbella con Ángeles Muñoz, la de Margarita del Cid en Torremolinos, Ana Mula en Fuengirola o la cuarta consecutiva de Manuel Barón en Antequera.

Durante algo más de 100 días, Mijas fue la pica socialista en territorio hostil. Los gobiernos del PP la rodeaban. Lo hacía en virtud los números fueron arrolladores aquella noche electoral. El PP pasó de 250.467 votos en 2019, un 36,86% del censo, a 308.209 votos en 2023. Supuso un 44,89% del censo. Casi la mitad de los malagueños que fueron a votar optaron por hacerlo por el PP.

Pero en medio de ese tsunami un pacto a tres bandas había salvado el orgullo del PSOE en la Costa del Sol. Los diez ediles socialistas construyeron una isla roja, pese a no ser, la fuerza más votada, amparados en dos concejales de Ciudadanos y uno de Por mi pueblo. El trío de fuerzas mantuvo a Josele González como alcalde, aunque no ha sido mucho tiempo.

La historia iba a cambiar pronto. Fue este miércoles. La moción de censura era un «runrún» importante en los últimos meses. «Estaba caliente», decían fuentes populares. Las negociaciones se han producido prácticamente desde el día que firmaron el pacto. Solo algunas cuitas internas del PP lo fueron retrasando. Cuando todo se ha aclarado, el pacto ha salido para adelante. Ana Mata, sexta en la lista popular, será la alcaldesa llamada a renovar el 'nozalismo'.

De este modo, los diez populares, que ganaron las elecciones de la manos de Ángel Nozal, se reestructuraron. Lo primero fue la renuncia del propio Nozal. Luego otros históricos tuvieron que ceder el paso. Resuelta la cuestión interna, había que limar asperezas con Juan Carlos Maldonado, que en otro tiempo impulsó la denuncias por corrupción archivadas contra Nozal.

La ventaja era saber que Vox era un socio con ganas de sumar. No quería permitir un gobierno de PSOE. Así, este miércoles, con todas las posiciones alineadas y el gobierno local en fuera de juego, la moción de censura se registró para que el PP siga ampliando su poder en Málaga. Y lo hizo con un viejo enemigo íntimo, que una vez viró sus ideas para dar otro golpe de mano a política local. Lo hizo con el alcalde socialista en el pleno de Diputación y con el líder de Ciudadanos fuera de Mijas. Sin capacidad de reacción.

Juan Carlos Maldonado es un superviviente político. Empezó en el PSOE, para luego saltar a Ciudadanos. Fue alcalde de Mijas con el apoyo del PP. Siendo la tercera fuerza, pero Nozal le entregó la alcaldía para que no la tuviera el PSOE. A los meses, expulsó al PP del gobierno por una crisis con el jefe de la Policía Local.

Estuvo al frente de una ciudad de más de 70.000 habitantes en la Costa del Sol con cinco concejales, hasta que pactó con el PSOE para dar estabilidad. Un acuerdo que se rompió antes de acabar ese mandato entre acusaciones de unos contra otros, pero sabiendo que se iban a necesitar a los pocos meses.

En las siguientes elecciones ganó el PP otra vez, pero Ciudadanos hizo un gobierno con el PSOE. Socialistas y Ciudadanos gobernaron Mijas en un pleno retrasado en el tiempo. Es aquel pleno en el que, con un acuerdo sellado con los populares, José Carlos García salió al balcón y gritó aquello de «Josele, sube». En ese momento, se cambió el pacto. En ese pleno la alcaldía cayó en el PSOE por gracia de Ciudadanos en la enésima traición al PP.

Sin embargo, Maldonado fue a la Diputación de Málaga como vicepresidente, pero volvió a cambiar. En esta ocasión con quien rompió fue con su partido. Se marchó de Ciudadanos, abandonó el gobierno y fue destituido de la Diputación Provincial. Segundo mandato con escándalos por sus idas y venidas.

En las últimas elecciones abrazó las siglas de Por mi pueblo, un partido localista, y se fue puerta a puerta para conseguir un concejal clave. Consiguió la llave del gobierno y la vendió al mejor postor. Pactó con el PSOE y Ciudadanos, pero ahora los dejado en la estacada para irse con el PP y Vox en la moción de censura. Eso sí, el PP ha aprendido. Ésta es la única que Maldonado puede firmar en este mandato. Una tranquilidad para un PP que no termina de fiarse y que sabe que con este socio puede acabar la legislatura en minoría.