Paso decisivo de la Fundación Unicaja para dar el golpe de mano en el mando del banco

Todo queda a expensas de lo que pase el jueves, en el encuentro de propietarios de la entidad más importante y convulso de los últimos tiempos. Pero la hoja de ruta parece encauzada. Y más con este último movimiento, que tendrá que ser refrendado por los accionistas.

La Fundación, además, ha aprobado en su encuentro de hoy abstenerse en el punto del día de la junta relativo a la aprobación del informe de gestión del consejo de administración. Quiere así visibilizar un 'castigo' en toda regla al proceder de su consejero delegado, Manuel Menéndez.

Los que se encontrarán (de no presentar antes su dimisión) con que su puesto en el banco no tiene continuidad son los consejeros independientes Maite Costa e Isidoro Unda. Ambos fueron 'fichados' el año pasado por cooptación después de que se produjera la huida de varios integrantes del consejo ante el cariz de enfrentamiento que tomaba el rumbo en Unicaja.

Incluso consiguieron el plácet de los supervisores, pero no tenían el cargo refrendado por los accionistas, y desde el bando malagueño que reclama volver a retomar el timón del banco, perdido después de la fusión con Liberbank en favor de los directivos de la entidad asturiana, se les interpreta como alineados con estos últimos. Poco independientes, en román paladino. La comisión de nombramientos ha estado presidida por María Garaña, de la órbita de Liberbank, quien también anunció su salida hace escasos meses.

De ahí que tras la deliberación de ayer, el máximo órgano de decisión de la Fundación Bancaria decidiera la no continuidad de Unda y Costa, ex diputada socialista. Son dos nuevas vacantes a las que hay que sumar la entrada de cuatro nuevos consejeros propuestos por el principal dueño de Unicaja (posee el 30% de sus acciones).

Se trata de Juan Antonio Izaguirre, José Ramón Sánchez, Natalia Sánchez y Miguel González. Y si su designación es aprobada, como parece, sustituirán a los ya dimitidos consejeros propuestos por Medel en representación de la Fundación y abonados a la polémica por auspiciar el 'asalto' asturiano a la sala de mandos del banco.

¿Por qué es tan importante el cambio en el equilibrio de poderes en el consejo de Unicaja precisamente ahora? Porque, fruto del protocolo de fusión con Liberbank, se estableció que a los dos años de la misma los principales puestos de este órgano deberían ser reevaluados.

En especial, el del actual consejero delegado, Manuel Menéndez, que según lo estipulado pasaría a convertirse en primer directivo, ejerciendo las funciones ejecutivas que ahora recaen sobre el presidente, al que se reserva una labor más institucional.

Con la mayoría en el consejo, la Fundación quiere revertir la situación que se ha dado hasta ahora en la gobernanza del único banco andaluz, generadora de una tremenda trifulca que salpicó al mundo político y que terminó costándole la salida a Braulio Medel de la presidencia de la Fundación. Antes de julio, Unicaja Banco tendrá que tener presentado al Banco Central Europeo su nuevo plan de gobernanza. Lógicamente, y tras los enfrentamientos, la continuidad de Menéndez está más que en el alero.

Para ello el máximo accionista parece contar con los apoyos de otros accionistas de peso como Tomás Olivo o Indumenta Pueri (Grupo Mayoral). Con ellos se aproximaría al 50%, sin llegar, por lo que la incertidumbre está servida. A partir de lo que pase el jueves podrá intuirse por qué derroteros discurrirá.