El Museo Ruso de Málaga revive a Anna Pávlova, la bailarina que hizo del ballet un idioma universal

Yusov ha detallado que el itinerario se organiza en tres salas, la primera de ellas centrada en la relación de Pávlova con España, con referencias a sus actuaciones en el Teatro Real de Madrid y el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. «Hay tres vídeos, una parte de la única película de Hollywood que estrenó y también dos bailes suyos», ha explicado el comisario. La muestra incluye, entre otros documentos, programas llegados de Australia, Inglaterra, Estados Unidos o México, que testimonian la dimensión internacional de la artista.

De entre todas las piezas, Yusov ha destacado una obra de especial valor. «Contamos con una acuarela original de los años veinte, una pieza realmente singular. Por eso hemos decidido dedicarle un espacio especial al inicio de la exposición», ha subrayado.

La obra abre el recorrido como símbolo de la singularidad de Pávlova y de la huella artística que dejó en vida. El cierre del itinerario está marcado por una imagen cargada de significado: «La fotografía que cierra la exposición es una de sus últimas, tomada en otoño de 1930, pocos meses antes de su trágica muerte, con el traje de El cisne en el Théâtre des Champs-Élysées de París», ha añadido el comisario.

La exposición subraya la condición pionera de Pávlova, que en 1910 fundó su propia compañía y recorrió más de 40 países con más de 9.000 representaciones. Sus actuaciones no se limitaron a los grandes teatros europeos, sino que llegaron a plazas de toros en América Latina, auditorios en Oceanía y escenarios improvisados en Asia.

En algunos lugares, como México y Argentina, aprendió danzas tradicionales que incorporó a su repertorio, reflejando su voluntad de diálogo entre culturas. La prensa internacional la definió como «incomparable» cuando, en 1920, regresó a Inglaterra tras la Primera Guerra Mundial.

El relato español ocupa un lugar especial: Pávlova integró elementos del flamenco y de la danza española en piezas comoLa noche de España y en sus interpretaciones de Carmen, lo que consolidó su prestigio en nuestro país. Para Yusov, esa faceta resume el espíritu de la bailarina: «Pávlova demostró que la danza es un lenguaje universal que puede unir a los pueblos más allá de sus fronteras».

La exposición estará abierta hasta el 22 de mayo de 2026 y se completa con actividades paralelas. «Hemos logrado continuar con la exposición porque también hay talleres familiares, algunas selecciones, excursiones de meditación. Están creando toda una programación en torno a la exposición.

Con una combinación de piezas inéditas, material audiovisual y un enfoque internacional, «Anna Pávlova: una vida sin fronteras» invita a descubrir a la bailarina que convirtió la danza en un arte sin límites y en un puente entre culturas.