La lluvia deja a los enfermos sin la bendición del Cautivo de Málaga
La amenaza de lluvia obligó a suspender la visita al Hospital Civil tras la Misa del Alba y a acortar el recorrido del traslado por el camino más corto
La Semana Santa de Málaga podrá seguirse en directo en ABC con Canal Málaga

Fue rápido y por el camino más corto. El traslado del Cautivo y de la Virgen de la Trinidad se hizo cuando la lluvia abrió un claro, por la ruta más corta entre la iglesia de San Pablo y la casa hermandad. Una a cada extremo de la calle Trinidad, columna vertebral del barrio y de la devoción por el Señor de Málaga. El riesgo de lluvias en la mañana del Sábado de Pasión cambió los planes con una salida 'exprés' que impidió la visita tradicional al Hospital Civil, donde con su presencia bendice a los enfermos a hombros de los sanitarios.
Antes de las 7.00 horas, dentro de la iglesia de San Pablo, se comenzaron a escuchar los murmullos y las órdenes. Los rezos y algún viva. El Señor de Málaga y su Madre trinitaria se mecían con sinuoso contoneo hasta las puerta del templo. Y allí miles de personas esperaban. Era un mar de paraguas cuando el cielo, antojadizo, le daba por descargar algunas gotas.
El obispo de Málaga, monseñor Catalá, posiblemente ha oficiado su última Misa del Alba. Este año ya le toca retirada por edad. Vendrá un sustituto, que al abrirse las puertas de San Pablo comprenderá porque Jesús Cautivo es el Señor de Málaga. Una legión de devotos lo esperan cada año, desde la madrugada hasta que despunta el día, solo para verlo aunque sean sólo 30 segundos, porque a su lado la vida se para, no corre el tiempo por su rostro resignado.
La fe lo mantiene. El Sábado de Pasión es el primer envite de un temporal de devoción, que va golpeando la verja de su capilla en San Pablo con pequeñas hondonadas durante el año. Sólo hay que sentarse unos minutos en el banco que hay frente a su capilla. El asiento siempre lleno, detrás suele haber gente y los reclinatorios ocupados.

La visita dura el tiempo de un Padre Nuestro y un Ave María, una petición en la intimidad del silencio, la mirada a sus ojos buscando amparo y la Cruz para santiguarse como despedida. Antes de marchar, un par de monedas de gratitud, como las que pagaban el peaje a Caronte, y esperarlo en la calle.
A Jesús Cautivo se le espera, se le desea ver en la calle, mas después de un Lunes Santo el año pasado en el que se tuvo que quedar encerrado sin consuelo. Una tristeza que presidió el propio Cristo y que retrató el año pasado para ABC Francis Silva. La imagen se puede ver en gran formato en la exposición del hotel AC Málaga Palacio, cautivadora y mostrando la desolación de no verlo por la calles ofreciendo amparo a la ciudad.
La lluvia le negó eso mismo a los enfermos este Sábado de Pasión, pero el Cautivo y la Trinidad si surcaron el barrio. Un rato en el que en calle Trinidad llovieron los claveles como cada año, los vivas y se derrocharon las lágrimas. Fue un instante infinito, que quedó marcado en cada uno de los que estuvieron bajo sus pasos, hasta quedar para visitarlo en la casa hermandad. «Este lunes sí salimos», decía un devoto confiado. Ya se espera al Lunes Santo para hacer estallar la fe de Málaga.
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