El Gobierno se baja del tejado de la Catedral de Málaga

El Ejecutivo no solo ha esquivado destinar una partida directa como el resto de administraciones, sino que en respuesta a una consulta de los diputados del PP remitida a la mesa del Congreso señala como única opción viable la participación de las obras en la convocatoria del 2% cultural para recuperación de patrimonio que convoca cada año el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Una subvención para la que el proyecto no cumple con los requisitos necesarios.

Así lo han confirmado a ABC fuentes de la Diócesis de Málaga, que aseguran que el Obispado -que ejercería como solicitante- «no llega al mínimo de financiación propia que exige la convocatoria», que es al menos el 25% del coste del proyecto al haber recibido ya ayudas que representan casi el 90% del presupuesto total, valorado en 17,5 millones de euros.

Las aportaciones del Ayuntamiento de Málaga, el Gobierno andaluz, la Diputación Provincial y la Fundación Bancaria Unicaja superan los 15 millones de euros, con colaboraciones de 5,1; 5,3; 3,2 y 1,5 millones, respectivamente. A ello se suma el préstamo inicial de 3 millones de euros solicitado por Obispado en 2022. También el hecho de haber licitado ya las obras les incapacita para pedir la subvención, según añaden desde la Diócesis, que mantiene activa una campaña de donativos para que cualquier particular pueda contribuir mediante transferencias

Los trabajos para la construcción del tejado, a cargo de las empresas Hermanos Campano y Grupo ORP, ya están en marcha y se espera que concluyan en 2026, según el contrato firmado en junio del año pasado.

Para la intervención se ha rescatado el diseño original que dejara para la posteridad el arquitecto Ventura Rodríguez y que no solo permitirá frenar las goteras y desprendimientos en el interior del templo. También servirá de escudo protector para las joyas artísticas que cobijan sus naves y capillas, un tesoro que, en la conocida «ciudad de los museos», es quizá el mayor de todos, pero también el más desconocido.

«Conozco a muchos malagueños que no han puesto un pie en la Catedral», reconoce Alberto Palomo. Lleva más de tres décadas de servicio en el templo y, antes que sacristán, prefiere denominarse a sí mismo el «Quasimodo de la Catedral». Junto a él, ABC recorre las entrañas del monumento, que el pasado verano recibió la visita de más de 110.000 personas.

Piezas que van desde la entrada en la ciudad de los Reyes Católicos a la década de los 90 dan fe de que la Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación -como se denomina oficialmente el templo- es un edificio vivo. «Todas las catedrales lo son», asegura Palomo, que define al monumento como un joyero en el que se dan la mano testimonios góticos, renacentistas, manieristas, clasicistas y barrocos.

A esta última etapa pertenece el coro, considerado por el sacristán como «el gran conjunto artístico de la Catedral». «Aunque intervinieron varios artistas, el gran autor es Pedro de Mena, que en solo dos años realizó 42 tableros y remató la obra», explica. De sus gubias nacieron «piezas virtuosas» en maderas nobles, con «imágenes casi exentas, de bulto redondo» que dejan boquiabiertos a quienes visitan el conjunto, que se remata con dos imponentes órganos gemelos del siglo XVIII, «de los mejores de Europa en su estilo» y en los que su autor, el organista Julián de la Orden, ocultó dos pequeñas culebras que salen su guarida para indicar al que toca la presión de aire en el instrumento.

«La mayoría de obras están bajo las cubiertas intermedias; intervenirlas es imprescindible»

Juan Manuel Sánchez La Chica

Arquitecto de la Catedral de Málaga

La Catedral de Málaga no se puede entender sin hablar de los artistas que dejaron su huella en el templo. Uno es Pedro de Mena, pero también Diego de Siloé, Antonio Ramos y José de Bada, en su arquitectura, o Fernando Ortiz, Cesare Arbassia o Alonso Cano en su patrimonio artístico.

Al granadino corresponde la autoría de otras de las paradas obligatorias: el cuadro de la Virgen del Rosario, que en realidad es una alegoría del patrocinio de la Virgen y un «canto a las devociones particulares de Fray Alonso de Santo Tomás, obispo dominico de la Málaga del XVIII sobre el que pesaba el rumor de ser hijo ilegítimo del rey Felipe IV y quien encargó la obra hacia 1666.

Cuenta Alberto Palomo que está considerada por los estudiosos como «una de las mejores pinturas de altar de toda España» y que la riqueza de los materiales, que incluye pigmentos de gemas como el lapislázuli, «dejan claro que fue sufragada por el obispo». Pese a ser a pieza más destacada de las cerca de 300 pinturas que acoge la Catedral, si hay una que encandila a todo el que pasa por el templo, esa es 'La decapitación de San Pablo', firmada por Enrique Simonet en la segunda mitad del siglo XIX.

De hecho, los descendientes del pintor continúan haciendo a día de hoy un seguimiento de la obra. «Están muy orgullosos del legado que su antepasado hizo a la catedral», indica el sacristán. Simonet la pintó estando becado en Roma y, según explica Palomo, el lienzo no recoge la ejecución en sí que transmiten los hechos de los Apóstoles, sino la leyenda según la cual, «cuando la cabeza del santo rodó por el suelo, en cada bote produjo el nacimiento de una fuente de agua. «Por eso el sitio martirial que todavía se conserva en Roma se llama Tre Fontane», señala.

«Es una obra muy original y está en unas condiciones óptimas»

Miguel Ángel Gamero

Director de Patrimonio de la Diócesis

La suya es una de las capillas en las que más se aprecia el efecto de las humedades. Y es que no sólo las bóvedas están pendientes de una solución, también las cubiertas intermedias, cuya intervención está prevista en el proyecto y es una parte «imprescindible» dado que bajo ellas están la mayor parte de las obras de arte. Así lo asegura el arquitecto de la Catedral, Juan Manuel Sánchez La Chica, que reconoce pérdidas volumétricas en algunas estancias donde el polvo, de no retirarse, podría generar hongos e insectos que dañarían seriamente las obras de arte.

Pese a todo, 136 años después de su ejecución, el cuadro sobre el martirio del santo está en unas condiciones «óptimas», asegura el director del departamento de Patrimonio de la Diócesis, Miguel Ángel Gamero. Tanto la tela como la capa pictórica y el bastidor. Por lo que sigue deleitando a todo el que la contempla. «Es una obra muy original por sus proporciones y estilo, que se separa de la línea barroca y renacentista de la Catedral», sostiene.

El enorme lienzo puede considerarse una de las incorporaciones más recientes al templo, en contraste con otra pieza con la que comparte espacio, la Virgen de los Reyes, coetánea a la entrada en la ciudad de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, quienes la entronizaron y celebraron ante ella la primera misa de la Málaga recién conquistada cuando aún no se había puesto siquiera la primera piedra de la Catedral y en su ubicación se alzaba la antigua mezquita cristianizada.