Málaga
La familia de un asesinado por la mafia en la Costa del Sol: «Hay miedo; vendimos todo y cambiamos nuestra vida»
Loubna El-Yaqout busca justicia por el asesinato de su hermano, a quien dice que lo mataron por no ceder a un chantaje
Los dos supuestos sicarios fueron absueltos del asesinato de este empresario de Marbella y otro no compareció
Marbella
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Iniciar sesiónLoubna El-Yaqout está sentada en la esquina de una terraza de Puerto Banús, desde ahí puede ver a todo el que entra y sale del local. Es un síntoma de que está alerta, quizá de forma inconsciente, como el hecho de que baje la ... voz en la conversación cuando alguien se acerca. Mira a cada uno de los que se acercan, a cada persona que se sienta cerca lo repasa y desconfía. No baja nunca la guardia tras su apariencia delicada. A su hermano, Abdu Hadi El Yaqout lo mató la Mocro Maffia (Holanda) el 21 de enero de 2019 a los 49 años en la puerta de su casa.
Marcos, como se le conocía en Marbella, era un empresario de éxito que había llegado de Tenerife a Marbella para hacerse con algunos de los negocios de ocio más importantes de Puerto Banús. Su muerte sigue impune tras la absolución de las dos personas acusadas por su asesinato. «No voy a descansar hasta que haya justicia», relata su hermana, que recuerda que la Fiscalía pidió prisión permanente revisable para ambos y que un tercero no ha sido juzgado.
Aquella ráfaga con dos armas, sin dejarle salir del coche, está grabada en la memoria de Loubna. «En los videos se ve el movimiento del cuerpo cada vez que recibe un bala. Es muy doloroso», recuerda entre lágrimas esta mujer, quien reseña que la familia no sabe todavía los motivos certeros por los que mataron a su hermano, pero sí el efecto de ese asesinato en sus vidas.
La hermana de Marcos señala que la muerte del empresario «fue un cambio radical». «Una tristeza. No sabemos por qué. Llamábamos todos los días a la Policía. Teníamos miedo. Hay miedo. No solo por la familia, sino también por los amigos cercanos. Nosotros estamos cada uno en un país. Muy dispersos, pero la gente que estaba con él todos los días está aquí. Ellos tenían mucho miedo. Y eso duele. Vendimos todo, cambiamos nuestra vida y las rutinas. Todo», afirma la mujer.
«Tenía cuatro o cinco negocios en la mejor zona del puerto.
Su hijo ha vendido todo. No se puede estar aquí»
El recuerdo siempre está presente. «Ya no hay risas. Es muy doloroso. No me gusta venir a Puerto Banús. Duele mucho caminar por aquí sabiendo que esta era la vida de mi hermano. Tenía cuatro o cinco negocios en la mejor zona del puerto. Su hijo ha vendido todo. No se puede estar aquí. Eso es lo mejor para él», afirma su tía, que hace de portavoz de una extensa familia que emigró de Marruecos, donde está la matriarca de siete hermanos, de los que la mafia sólo ha dejado seis.
Ahora buscan justicia tras la absolución de los acusados del asesinato, aunque condena a uno de ellos por pertenencia a organización criminal y un delito contra el medio ambiente a cuatro años y medio de prisión. «Seguiré. Alá es grande. Seguiré con más fuerza buscando justicia. No es justo y no hay razón. Mi hermano vivía tranquilo, feliz, contento y con planes de futuro cuando lo mataron», añade Loubna.
«Estos cuatro años hemos tenido pesadilla. No sabíamos nada. Si hablaron ni nada. Eran tres sicarios. Uno está en Holanda y los otros salen libre aquí», señala la hermana, que culpa a los dos procesados, pese a que un jurado popular no vio acreditado que fueran los ellos los que dispararon a Marco, que quería cambiar de vida en los últimos años. «Últimamente me dijo que quería relajarse, que era el momento de vivir. Me dijo que llevaba un año y medio trabajando mucho para poder coger vacaciones y ver a mi madre. Iba a darle una sorpresa, pero lo mataron», añade la hermana, que dice que «pagaron» cuando se le pregunta por el resultado del juicio.
«No sabemos que ocurrió. No se sabe nada. Hay una sospecha de que lo mataron porque no cedió a un chantaje»
La razón del ataque es un misterio. Ni la Policía Nacional, ni tampoco el causa judicial supieron centrar la cuestión. La Fiscalía sí dijo en su calificación de los hechos que se trataba de un «encargo profesional», que a Marcos mandaron asesinarlo.
En su petición de prisión permanente revisable, para los dos acusados absueltos, dijo que llegaron expresamente para asesinar al empresario, pero nadie sabe la razón. «No sabemos que ocurrió. Llegan un día y le disparan. No llegó a bajar del coche. No se sabe nada. Hay una sospecha de que lo mataron porque no cedió a un chantaje, pero nada más», explica la hermana.
La familia cree que la Mocro Maffia intentó entrar en los negocios de Marcos. Las discotecas del empresario eran un suculento lugar con ingentes beneficios para lavar dinero, pero éste se negó a ello y lo pagó con su vida. «Aquella noche hablé con Marcos por unos contratos, ya que iba a abrir un restaurante para su hijo. A las tres horas me llamó uno de nuestros hermanos para decirme que lo habían matado», reseña Loubna como el final a una historia en la que dice que «no hay justicia».
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