FUERZAS DE SEGURIDAD
Drones: Los ojos de la Policía desde el cielo
El congreso andaluz de drones para operaciones policiales en Benalmádena muestra las posibilidades de esta tecnología para luchar contra el crimen
j.j. madueño
BENALMÁDENA
Sigilosos, pero siempre observantes y testigos de todo lo sucede bajo sus hélices, como un notario en el cielo en caso de complicaciones. Los drones se han destapado como el gran aliado de la Policía en la lucha contra el crimen. Las Unidades Aéreas de ... Seguridad usan estos aparatos para apoyar las actuaciones sobre tierra. Las máquinas al servicio del agente desde el cielo, siendo los ojos a los que nada se escapa. Este viernes, las bonanzas de esta herramienta se presentaron en Benalmádena durante la celebración del congreso andaluz de drones para operaciones policiales, que los cuerpos y fuerzas de seguridad usan para su empeño diario. En esta ocasión, centrados en las competencias de las policías Locales de los municipios de la región.
El modelo usado por este cuerpo policial es el Mavic 2 Enterprise, uno de los cuatro que tiene operativos DJI, y que es el que más se usa en operaciones policiales en estos momentos. La máquina está equipada con altavoces, luces nocturnas, una baliza de señalización y dos cámaras, una de ellas térmica para ver movimientos nocturnos, como en las playas donde se desembarca el hachís. Cada modelo nuevo mejora al anterior. Los zooms son más potentes, la autonomía de las baterías es para más tiempo y los detalles técnicos son más avanzados.
Hasta el momento, los drones que se están usando permiten lanzar mensajes por sus altavoces desde 500 metros de distancia. «Puede ser un mensaje grabado que se va repitiendo, como los de un desalojo de un municipio, o puede ser algo que diga directamente el agente que lo pilota a través de un micrófono», afirma José Miguel Puech, instructor y representante de la empresa que suministra estos aparatos, que cada vez levantan el vuelo, aunque sea en el jardín de un hotel para una demostración, tienen que tener permiso de la Agencias Estatal de Seguridad Aérea. «No hay excepción. Son los únicos que puedan dar permiso para volar», afirma Puech.
En sus manos, una máquina con una baliza de señalización visible a cinco kilómetros de distancia. «Es para señalar posicionamientos en casos como un accidente en la montaña», afirma Puech, que añade que estos aparatos tienen dos potentes focos que pueden iluminar zonas desde 30 metros de altura en caso de tener que efectuar rescates. «Es muy útil cuando se busca a los furtivos de las coquinas en las playas en medio de la noche», señala el instructor, quien explica que en los incendios estos aparatos tienen grandes prestaciones, como saber si hay vida dentro de inmueble en llamas.
«Entran por una ventana y localizan si hay personas dentro atrapadas, pero también indica la temperatura de las estancias por las que se mueven antes de que intervengan los bomberos», remarca. El uso del dron es fundamental a la hora controlar la movilidad de las ciudades o las grandes concentraciones de personas. Su autonomía es de entre 30 y 45 minutos, pero son fundamentales para obtener evidencias irrefutables de cara a un posible juicio. «Cada imagen que capta, en una operación policial o en una persecución, se queda impresa con las coordenadas del lugar, la fecha y la hora, por lo que sirve como prueba ante el juez», afirma Puech.
Cada vez son más policías en Andalucía los que usan esta tecnología. La UAS tiene pilotos formados en la mayoría de las policías locales de la región. «No sólo somos pilotos, sino también instructores. Formamos a otros agentes para que se conviertan en pilotos y puedan desarrollar estas unidades en sus ciudades», explica Jesús Lima, presidente de UAS, presidente de esta asociación nacida el año pasado en Carmona (Sevilla).
El objetivo de UAS es fomentar el uso de drones en las operaciones policiales como un arma más contra el crimen. Nosotros luchamos porque todos los ayuntamientos tengan este tipo de unidades, porque le van a servir para garantizar la seguridad de los ciudadanos, pero también porque es una forma de tener agentes que sepan cómo actuar en caso de ver vuelos ilegales», asevera Lima.
Ese otro de los objetivos de estas unidades. Los agentes no siempre saben qué hace falta para volar un dron. «Es como cuando paras un coche. Si das el alto a un conductor sabes la documentación que tienes que pedir, pero si ves a alguien volando un dron no siempre sabes qué es lo que necesita para hacerlo», añade Jesús Lima, que es piloto e instructor.
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