Dos ángeles salvan a Margarita de perder a sus hijos un día antes de su desahucio

Una antigua casera de Margarita contactó con ella. Le dijo que si estaba interesada en un piso de tres habitaciones. Y la madre desesperada aceptó. Ahí entró en liza un segundo ángel. Un abogado de Marbella. Una persona que conoce bien a Margarita, puesto que la mujer que cuida al hijo del letrado. Esta persona se prestó a dejarle el dinero que necesitaba para cubrir las fianzas y los fondos que se exigen para el alquiler.

Este viernes, tras la firma del contrato y llevar todas las cosas de la familia, la mujer reconocía que tenía todo desordenado, que estaba colocando todas las pertenencias para poder iniciar una nueva vida en el barrio de la Divina Pastora. Ya no tiene miedo a perderlo todo. En estos días hasta hay quien se ha interesado por su situación laboral para ver si le podía ofrecer un empleo.

El pasado 6 de febrero, el Juzgado de Instrucción 3 de Marbella ordenó su desahucio de forma cautelar en un plazo de diez días. Si no se marchaba, este pasado jueves, según el auto, iba a ser desalojada por la Policía del piso que tenía okupado, pero que no se negaba a pagar. Por indicación del magistrado fue a Servicios Sociales, donde informó de su situación, pero la respuesta del funcionario municipal la hizo entrar en pánico.

Allí le dijeron que, si era desahuciada, y no presentaba un contrato de alquiler le quitarían a sus hijos. La mujer de 34 años llegó a España hace dos décadas. Primero se enamoró del padre de su primer hijo, que resultó ser un maltratador. Cuando el niño era un bebé, se separó en medio de un episodio de violencia machista. A su expareja se le impuso una orden de alejamiento de 300 metros sobre ella.

Pasados unos años, conoció a otra pareja. El padre de su segundo hijo, ahora de siete años de edad, que también vive con ella. Con esta expareja estuvo viviendo en Coín, pero por la escolarización de sus hijos volvieron otra vez a Marbella. Según su relato, la mujer se marchó cuatro meses a Inglaterra para mandar dinero.

En ese tiempo, su pareja, encontró en el piso. «Me dijo que pagó a un hombre 600 euros de alquiler y 400 de fianza, pero cuando regresé de Inglaterra, no había pasado ni un mes y tenía a un señor del banco en la puerta», contó a ABC. Primero el banco vendió a una inmobiliaria y luego ésta traspasó el piso de 60 metros cuadrados a un fondo de inversión para hacer un apartamento turístico.

En ese momento llegaron los problemas. La única solución aconsejada desde el juzgado fue que pidiera una vivienda social. «No me la han dado en doce años, no me la van a dar en diez días», señalaba esta madre al límite, que ha sido salvada en las últimas 24 horas por dos ángeles de la guarda.