Cubiertos de oro, acróbatas y bailarines: La gran fiesta de Nochevieja que Olivia Valère dejó encargada antes de morir

Lo dejó todo dispuesto. Confesó a Philippe Valère, entonces su esposo, que quería volver a montar aquella fiesta, pero esta vez en Marbella. Esa sería la mejor celebración de Nochevieja hecha nunca. Sin embargo, la enfermedad se la llevó en junio. No pudo concluir su obra, pero eso no impidió que la fiesta siguiera adelante.

Su viudo y sus hijos trabajan sin descanso para poder cumplir el deseo de Olivia Valère en la discoteca de Marbella. «Hace unos meses, cuando estaba ya mal, dijo que no había que parar y que había que hacer la fiesta más enorme para el cambio de año», señala Philippe Valère a ABC. El compañero de vida de la empresaria remarca que el encargo fue «hacer la cosa más impresionante sin olvidar su sonrisa».

Y esa es la misión. La familia ha invertido estos días más 250.000 euros en infraestructuras, proveedores o contratos. La idea es mezclar Andalucía con Francia, pensando en la fiesta más importante del año y en replicar las sensaciones de aquella celebración en Versalles. Para ellos, lo primero que se ha instalado en una enorme carpa con el techo transparente. La idea es que se pueda ver la noche durante la cena. «Que nos pueda ver desde el cielo», reseña su viudo.

Las entradas estarán en 450 euros para unos 400 comensales, mientras que sólo el acceso a la discoteca estará en 130 euros. Precios para una celebración en la que se están trayendo productos en camiones desde Italia, Francia o Turquía. Se ha pensado cada detalle, para replicar lo vivido aquella noche en Versalles.

La celebración tendrá una mantelería especial para la ocasión, cubiertos de oro y un cocinero francés con un equipo de 50 personas. La idea es dar vida a una versión de aquel menú de hace diez años, que estaba inspirado en las viandas y lujo del Rey Sol en Francia.

La contratación de personas se ha disparado. La empresa ha tenido que multiplicar por tres su personal entre montadores, gruistas, electricistas o camareros. Los espejos como los del Palacio del Versalles estarán en el photocall o las lámparas metálicas colgarán del techo. «Una reconstrucción del Versalles más pomposo», asevera Philippe Valère, que será el gran anfitrión de este evento en nombre de su esposa.

Habrá tres espacios, puesto que se prevé una gran afluencia. La discoteca y el restaurante sumarán la carpa, la parte más especial, pero no la única. Desde la moqueta de entrada a las mesas de los comensales, se podrá ver un despliegue de acróbatas, percusión, cantantes, bailarinas o saxofonistas. Los trajes de los participantes son exclusivos, cada uno ronda los 9.000 euros.

La familia de Olivia espera que sea un gran homenaje a la reina de la noche. «Ella siempre quería tener amigos, seducía a la gente y la sabía recibir. Lo haremos igual. Es una fiesta que se vive una vez en la vida. Un lujo, que ella verá desde el cielo», afirma el viudo de Olivia Valère, quien reseña que los brindis se harán con un exclusivo champán.