Julián Muñoz sigue hospitalizado con problemas de corazón

El ex alcalde de Marbella llegó al centro hospitalario sobre las cuatro de la tarde de este viernes desde la prisión de Alhaurín de la Torre, donde comunicó que sentía dolor en el pecho . Según relató a Europa Press su abogado Antonio José García Cabrera, llegó a sufrir un desvanecimiento , que se tradujo «en una angina de pecho».

No es la primera vez que el corazón le juega una mala pasada al ex alcalde. Esta misma semana Muñoz ya se quejó de un dolor en el pecho pero los servicios sanitarios de la prisión consiguieron estabilizarlo en la enfermería sin necesidad de trasladarlo al hospital. Muñoz ha tenido varios episodios de amago de infarto y, además, acude en ocasiones a consulta y revisiones a este hospital, que es el centro de referencia para los internos de la cárcel malagueña.

Así mismo lo reconoció él en su última comparecencia pública, donde se le vio delgado, muy demacrado y desmejorado mientras declaraba en el juicio que se sigue contra él en la Audiencia de Málaga por el caso Fergocon.  «No creo que lo pueda aguantar», manifestaba al juez para señalar su cansancio por tener que acudir a la sala de vistas durante los dos meses de juicio al mismo tiempo que debía madrugar para sus continuas salidas a las revisiones médicas.

El juez tomó en cuenta sus palabras y ante el evidente deterioro de su estado de salud , permitió que el acusado sólo se presente en la Audiencia los días estrictamente necesarios. Muñoz ya declaró el pasado 3 de septiembre en el juicio y pidió perdón por haber sido un «títere» del ex alcalde marbellí Jesús Gil. En esta declaración se presentó en chandal y camiseta negra, con un pañuelo que se llevaba constantemente a la boca, muy lejos de las imágenes de sus anteriores apariciones en el banquillo.

A pesar de sus problemas de salud, Muñoz no ha conseguido que los jueces le otorguen el tercer grado penitenciario . A principios de agosto, el juez de Vigilancia Penitenciaria de Málaga sí acordó dicho privilegio al entender que concurrían los requisitos que la ley exige para supuestos especiales: una enfermedad grave e incurable, la falta de facilidad para volver a delinquir, la escasa peligrosidad y razones humanitarias y de dignidad personal.

El juez aludía a los múltiples exámenes médicos que se han realizado al reo. En uno de ellas, de julio del pasado año, cuando ya se encontraba entre rejas, se realiza un pronóstico de cinco a 10 años de vida; sin embargo, el informe médico posterior, de febrero de este año, refleja un agravamiento «evidente» , siendo el pronóstico de uno a cinco años; algo que se ratificó desde el servicio médico de la cárcel en julio.

Posteriormente, la Audiencia de Málaga revocó el beneficio del tercer grad o, al entender que existe un «elevado riesgo de fuga», que el penado mantenía intacta la capacidad de delinquir, y que aun siendo grave su estado, éste «no es en absoluto terminal».