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Comunicación

Cómo era Andalucía a la llegada de la televisión

El libro «El encendido analógico» analiza la irrupción del nuevo medio en la década de los 60

Cómo era Andalucía a la llegada de la televisión ABC

M.J.G.

Andalucía se incorporó con cinco años de retraso a la recepción de la señal de televisión, a comienzos de la década de los 60, con la instalación de la primera antena en el municipio sevillano de Guadalcanal el 1 de octubre de ... 1961 . Tuvieron que pasar dos años hasta que la recepción se extendió a todo el territorio -la última fue Almería- y se popularizó su consumo entre una población fundamentalmente rural, que apenas podía disponer de aparato propio , pero que socializó su consumo en bares, tabernas o corttijos. La imagen rescatada de la Colección gráfica de ABC , en la plaza de Pumarejo, en el verano de 1966, muestra a un grupo de hombres arremolinados en torno a un bar del pueblo viendo un partido de fútbol, una práctica habitual en aquella época, que recuerdan las citas actuales para ver partidos de la selección. Los primeros programas que se vieron en Andalucia fueron una corrida de toros emitida desde Burgos y un espectáculo flamenco , pero pronto se popularizaron los partidos de fútbol o las retransmisiones de la Semana Santa.El libro «El encendido analógico», obra del profesor de Periodismo de la Universidad de Málaga Juan Francisco Gutiérrez Lozano, analiza la progresiva incorporación del territorio andaluz al nuevo medio desde la instalación de la primera antena hasta la implantación del primer canal de TVE en la mayoría del territorio a finales de 1965 a través de la imagen que proyectaban las principales cabeceras de la prensa en cada provincia andaluza, entre ellas ABC.El autor recuerda que Andalucía vivía una situación de atraso, no sólo económico, sino también social, con grandes diferencias entre quiénes podían acceder a la compra del aparato o incluso disponían de electricidad, y quiénes debían conformarse con compartir su visión junto a vecinos o amigos. El aparato era entonces un artículo de lujo -10.000 pesetas de la época-, gravado con un impuesto especial que no desapareció hasta el 1 de enero de 1966. La televisión también cambió el rol de las mujeres , entonces recluidas en sus casas como amas de casa y con el disfrute del ocio vedado . La posibilidad de acceder a la visión colectiva del medio en bares y tabernas estuvo al principio limitada a las mujeres, pero poco a poco la norma se fue relajando , sobre todo en el medio rural y gracias a la aparición de nuevos centros de reunión social para ambos sexos.Los programas de esos primeros años, que ofrecían una imagen «tópica» de la región al resto del país , centrada sobre todo en el folclore y las fiestas, también sirvieron para popularizar los pueblos andaluces , como cuando el alcalde de la localidad cordobesa de Bélmez , Rafael Canalejo Cantero, ganó en junio de 1968 el concurso de más audiencia televisiva de la época, «Un millón para el mejor» . La imagen de los vecinos disfrutando en la final de la intervención de su alcalde, sirve de portada al libro, editado por la Fundación Unicaja y ediciones Alfar.

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