Nuevas restricciones para recetar a largo plazo calmantes y tranquilizantes en Andalucía

Pese a esto, la realidad es que el gasto farmacéutico sigue creciendo. En los últimos cinco años ha aumentado casi un 27% al pasar de 1.900 millones de euros al año a 2.452 millones de euros. La comunidad sigue por encima de la media española con un gasto por habitante de 266 euros, seis euros más. Sin embargo, esta tendencia al alza se ha contenido durante los últimos dos años, especialmente si se compara con la realidad de otras comunidades. Durante este ejercicio 2023, por ejemplo, el gasto en Andalucía ha aumentado un 2,86% mientras que a nivel nacional la media de subida es del 3,52%.

«Andalucía tiene un problema grande con la hiperprescripción y la polimedicación. Y este problema se ha agravado especialmente a partir de 2021, lo que disparó de nuevo el gasto farmacéutico. Hay medicamentos que están bien para un determinado momento pero no para uso crónico. En algunos casos se produce una medicación en cascada, ya que unos medicamentos se acaban usando para tratar otros. De ahí que para reducir el gasto y también por motivos de salud esta sea una de las líneas generales de la acción del SAS», explica el subdirector de Farmacia, Carlos García. 

Desde el Consejo Andaluz de Colegios Farmacéuticos comparten este análisis y participan en las medidas que se están adoptando. Su presidente, Antonio Migorance, subraya que es fundamental que el «uso del medicamento sea eficiente y racional». «Se deben usar y facilitar los medicamentos que se requieran pero no más porque en algunos casos provoca problemas», apunta el presidente del Consejo Andaluz, quien subraya la colaboración de las farmacias en este plan, que implica también ser didácticos y explicar con claridad todo a los pacientes».

El plan tiene puesto el foco en el exceso de prescripciones de recetas médicas y especialmente en el consumo de tranquilizantes y calmantes. Por este motivo, en este último trimestre se ha acometido un cambio en la gestión de la receta electrónica para evitar la autorización de periodos de tratamiento que se consideran especialmente elevado. Concretamente, se ha limitado ya a 90 días el periodo que se puede autorizar en los casos de metamizol o tramadol, calmantes, y de seis meses en el caso de las benzodiapecinas (tranquilizantes como el Valium). Esta decisión de evitar autorizaciones por periodos de un año en este tipo de fármacos se va a hacer extensible a otros medicamentos a partir del próximo ejercicio.

También se ha activado un proceso de revisión, de oficio, en coordinación con los profesionales sanitarios de los pacientes polimedicados con el objetivo de revisar las prescripciones asignadas a las más de 348.000 personas que se considera que tienen un exceso de medicación.Para ello, se reserva un periodo semana por parte de los médicos de familia, que se quiere consolidar y ampliar el próximo año, para realizar los análisis personalizados. El resultado, de acuerdo con los datos del SAS, es que en los pacientes polimedicados se ha pasado de 12,15 prescripciones por paciente a 11,94, lo que implica un ahorro de 7 millones de euros. El número de pacientes también se ha reducido y hay casi 40.000 menos dentro de esa categoría que hace sólo unos meses.

En esta línea, desde el Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos destacan la evolución de las acciones puestas en marcha para la reducción del consumo de benzodiacepinas (tranquilizantes), lo que se considera uno de los grandes problemas del gasto farmacéutico ya que se estima que una de cada diez personas hace uso a largo plazo lo que provoca «adicciones y un problema de salud pública». La campaña 'Benzostop juntos' empieza a dar resultados y por primera vez hay un descenso del consumo de estos fármacos en un 2,62%, lo que representa en torno a 0,8 millones de euros.

Dentro de este ámbito de trabajo, la Junta de Andalucía inició en abril de 2022 el modelo para la anulación cautelar de las recetas electrónicas para profesionales farmacéuticos del SAS. El objetivo es que «ante cualquier sospecha relacionada con la seguridad del paciente como redundancias terapéuticas o errores de prescripción» el farmacéutico puede anular cautelarmente la receta. Este año se han realizado 54.000 anulaciones, un 21% más que el año pasado, lo que supone una reducción del gasto de 3,2 millones.

Pese a estas medidas, el gasto farmacéutico sigue creciendo. El subdirector de Farmacia del SAS, Carlos García, sitúa en su análisis un punto de partida: «El gasto siempre va a crecer, la cuestión es contener el crecimiento y que sea un gasto eficiente y adecuado a las necesidades de la población». El aumento además es inevitable dada la propia realidad socio demográfica de Andalucía con un envejecimiento de la ciudadanía que conlleva automáticamente un incremento del gasto sanitario.

Para la Junta, estos cinco años de evolución se deben dividir en dos periodos diferenciados. Por un lado, entre 2018 y 2021, cuando se produjo un crecimiento sustancial del gasto farmacéutico que la Junta de Andalucía atribuye a la polimedicación y a un incremento del uso de las recetas. Y una segunda fase entre 2022 y 2023, en la que se han puesto en marcha una serie de medidas de contención y reducción del gasto que a juicio del SAS «están dando resultados adecuados». El objetivo no es reducir el gasto sino adecuarlo a la realidad andaluza. El presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos, Antonio Mingorance, comparte este análisis: «El gasto farmacéutico siempre va a crecer pero hay que hacer un uso racional y eficiente del medicamento».

En los presupuestos, el SAS se marca como objetivo adaptar el gasto farmacéutico por habitante a la media española, que en estos momentos se supera por seis euros por habitante.