Juanma Moreno y María Jesús Montero estrenan su pulso político por Andalucía
La vicepresidenta será proclamada secretaria general del PSOE Andaluz tras no reunir su único adversario el número mínimo de avales
Juanma Moreno pide «cooperación leal» mientras la dirección del PP-A arremete contra Montero por su pasado en la Junta y el «agravio a Andalucía»
La nueva secretaria general de los socialistas andaluces reivindica su andalucismo y fija el feminismo y la lucha contra la extrema derecha como ejes de su discurso

María Jesús Montero será proclamada hoy como secretaria general del PSOE-A y por tanto como principal adversaria política del presidente, Juanma Moreno, tras no conseguir el otro aspirante, Luis Ángel Hierro, los avales necesarios. El nuevo escenario político quedó esbozado ayer: ambos líderes compartieron un primer acto institucional reivindicando como propia la apuesta por el IMEC de Málaga.
Al mismo tiempo, en Jaén, la plana mayor política del PP-A, con su secretario general Antonio Repullo y el coordinador de análisis electoral, Elías Bendodo, centraron su comparecencia en reprochar la gestión de la vicepresidenta del Gobierno, los «agravios a Andalucía» y su pasado en los gobiernos de Chaves y Griñán. Cerró la secuencia la propia Montero en el acto en Cártama de cierre de la recogida de avales del PSOE en el que fijó algunos ejes de su discurso: reivindicación del andalucismo, feminismo y mensajes contra la extrema derecha.
La coincidencia entre Montero y Juanma Moreno no estaba en el guion. La vicepresidenta cambió su agenda casi sobre la marcha para marcar territorio en el primer acto institucional en su doble condición de vicepresidenta del Gobierno y líder de la oposición. A ella se dirigió Juanma Moreno al reivindicar en su intervención «colaboración leal entre gobierno y sumar fuerzas para llegar más lejos».
La recepción más dura a la llegada de Montero llegó desde Jaén (con la moción de censura muy reciente) y de la mano de Antonio Repullo y Elías Bendodo: «Viene obligada a defender las políticas de la España desigual de Sánchez que perjudican a Andalucía pero los andaluces no olvidan (...) Representa el peor pasado del PSOE, el de los ERE, Invercaria, las condenas de Chavez y Zarrías o los cursos de formación. Ella estaba sentada en la mesa cuando se tomaban las decisiones».
María Jesús Montero respondió desde Cártama, el municipio más grande gobernado por el PSOE en Málaga cuyo alcalde, Jorge Garrido, acaba de entrar en la Ejecutiva Federal. Y lo hizo para reivindicar su pasado en los gobiernos de Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz.
«No sólo no me ofende, sino que me siento muy orgullosa de que me identifiquen con las etapas más prósperas que ha tenido Andalucía a lo largo de su historia». De hecho, dos ex consejeros acompañaron a la vicepresidenta en Málaga: Magdalena Álvarez, cuya sentencia fue anulada el pasado año y aguarda la nueva resolución de la Audiencia Provincial, y Luciano Alonso. Las últimas sentencias del Tribunal Constitucional y su interpretación del caso de los ERE son una pieza fundamental de esta reivindicación de María Jesús Montero: «El PP sigue ERE que ERE intentando estirarlo. Pero no se han enterado que el TC ha anulado la sentencia».
La vicepresidenta reivindicó su andalucismo y dejó clara su intención de combatir el «relato del agravio» del Gobierno andaluz: «No queremos una Andalucía llorona ni que se dedique sólo a confrontar. Queremos una Andalucía que pelee por tener la misma capacidad que otros territorios (...) Nunca he escuchado a Moreno defender nuestras raíces y cultura (...) ni ha desarrollado el estatuto porque nunca creyeron en él y votaron en contra en el referéndum».
En esta línea, María Jesús Montero reivindicó la gestión «en beneficio de Andalucía» del Gobierno de España: «En cada responsabilidad que he tenido siempre he tenido presente a Andalucía. El Gobierno de Pedro Sánchez ha hecho una apuesta sin precedentes por Andalucía. Y la Junta se ha dedicado a confrontar y a denunciar un maltrato que no existe».
María Jesús Montero reivindicó también el feminismo recordando sus raíces y fijó como eje la importancia de frenar a la «extrema derecha»: «Moreno presume de moderado, pero no es lo mismo moderado que educado. Es lo mismo que Ayuso y Mazón. Son políticas de derecha, cada vez más de ultraderecha». Como ejemplo, una circunstancia llamada a convertirse en uno de los ejes más repetidos del discurso de oposición desde la izquierda este año: el pacto presupuestario entre el PP y Vox en el Ayuntamiento de Sevilla.
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