Juan Espadas culpa a la prensa de la mala situación del PSOE de Andalucía

La semana pasada los socialistas (como también los populares y lo que queda de Ciudadanos) empezaron su campaña hacia las municipales del 28 de mayo. Juan Espadas reunió en la sede de San Vicente a los secretarios generales (el de Jaén fue el único que no estuvo de manera presencial sino que lo hizo de forma telemática) y a su Ejecutiva Regional para analizar la situación y empezar a plantear la estrategia para unos comicios que son cruciales.

Todos coincidieron en el análisis de la situación aunque más de uno, —y de dos— se quedaron perplejos al conocer el motivo de la falta de pulso del PSOE andaluz. Porque Espadas dijo claramente que la culpa «es de la prensa» porque los medios (que trabajan «dirigidos») «obstaculizan la labor de oposición que estamos haciendo con numerosas iniciativas y propuestas».

Un argumento contra el que nadie de los presentes dijo absolutamente nada, «¿qué íbamos a decir?» explica a ABC uno de los presentes en esa reunión. Y es que la teoría de la conspiración mediática contra el PSOE no es nueva ni mucho menos.

Hace pocas semanas, cuando los socialistas no llegaron a tiempo de registrar en el Parlamento sus enmiendas al Presupuesto andaluz de 2023 —un error gravísimo que nunca se había producido antes— el diputado Mario Jiménez culpó directamente a la prensa de estar «envenenada» y de no tener libertad para escribir más allá de alabar al Gobierno de la Junta. Es un argumento recurrente entre la parte del PSOE que está más próxima a Juan Espadas pero fue llamativo que el propio líder lo elevase a la Ejecutiva Regional en el análisis de la situación.

Sobre todo porque esa reunión de la cúpula socialista se produjo dos días después de la publicación del último barómetro de GAD 3, de la prestigiosa empresa del sociólogo Narciso Michavila en la que se refleja una bajada electoral del PSOE que pasaría de los 120 diputados que tiene en la actualidad en el Congreso de los Diputados hasta una horquilla que va entre los 98 y los 102 escaños. Una bajada que puede atribuirse a las políticas de Pedro Sánchez, a sus socios separatistas e independentistas, al coste de la reforma del delito de malversación o al fracaso de la ley del 'sólo sí es sí'... pero que pone de manifiesto que Andalucía y Extremadura son las comunidades en las que los socialistas obtienen peores resultados.

En este escenario, el acto del pasado domingo en Sevilla con Pedro Sánchez en la presentación de la candidatura de Antonio Muñoz a la Alcaldía tiene varias lecturas. Era necesaria una foto potente en Andalucía, que evidenciara músculo en el principal feudo del partido para encarar la recta electoral. Por eso hubo llamadas de teléfono y el PSOE de Sevilla respondió con toda su artillería: las imágenes del acto son claras. Hubo un lleno total.

Pero también se evidenció el difícil papel de Espadas en ese PSOE provincial que ya no es el suyo: hizo de presentador del acto y es nada menos que el secretario general del PSOE andaluz. Es más, apunto estuvo de no intervenir siquiera aunque algún asesor ducho en esas lides lo resolvió de forma tajante. Espadas tuvo su papel.

Todo esto se produce además en un complicado escenario económico para el PSOE andaluz. El partido hizo mal los cálculos electorales para la campaña de las autonómicas del 19-J y presupuestó unos ingresos por valor de 3,7 millones de euros pero la subvención final concedida ha sido de poco más de tres millones de euros, con lo que tiene un desfase de casi setecientos mil euros.

La clave de estas cuentas es que la subvención que le ha correspondido al PSOE es un 9,23% menos de los 3,37 millones que percibió tras las elecciones de diciembre de 2018, después de obtener 30 escaños, tres menos que entonces, y 883.707 votos, 127.182 menos el pasado 19-J.

Con todo, la pregunta es ¿por qué presupuestó el PSOE por encima de sus expectativas reales en las elecciones?. El partido partía de 33 diputados y ninguna encuesta les daba los 36 ó 37 escaños que habrían reportado, siguiendo la legislación electoral vigente , esos 3,7 millones de euros que se presupuestaron para la campaña electoral. Hay que tener en cuenta, además, que deben devolver 2,5 millones de euros de microcréditos que pidieron (2.460.000 euros a través de 516 microcréditos) ¿Por qué no hicieron lo que suelen todos los partidos: organizar su campaña electoral conforme a los últimos resultados obtenidos?. «Es la prueba de que en San Vicente viven de espaldas a la realidad», explica a ABC una fuente socialista.