Begíjar aprueba una ordenanza que prohíbe el botellón

La prohibición del botellón en este municipio gobernado por el PP no ha estado exenta de polémica. Así, el grupo socialista acusa al alcalde, Damián Martínez , de tergiversar la postura del PSOE sobre la ingestión de bebidas alcohólicas en la vía pública. En concreto, desmiente que en el pleno en el que se aprobó la ordenanza su portavoz planteara un espacio alternativo.

Tras recordar que el PSOE votó a favor de que se eliminara el botellón en la zona en la que se lleva a cabo, el grupo aclara que en la sesión plenaria lo que pidió al equipo de gobierno es que vigilara a partir de ahora otras zonas del municipio, dada la posibilidad de que la dispersión desemboque en fiestas improvisadas , con la consiguiente molestia para los vecinos.

En respuesta, el alcalde, según el grupo socialista, contestó al portavoz que no aceptaba sus consejos, entre los que, por cierto, el PSOE también incluía la convocatoria de una plaza de policía local para dotar al cuerpo de los efectivos que requiere el control con garantías de la seguridad de las calles del municipio ante hechos como el botellón.

Begíjar no es el único municipio jiennense que persigue el botellón. La propia capital ha impedido que en 2018 se celebre la fiesta de la primavera, organizada a través de las redes sociales, en la que en años anteriores miles de jóvenes se concentraron en la institución ferial para, entre otras cosas, ingerir bebidas alcohólicas en tal cantidad que para paliar sus consecuencias ha sido necesaria la intervención de los servicios sanitarios.

Precisamente, el consumo de alcohol por parte de menores es una de las razones por la que el Ayuntamiento de la ciudad combate la fiesta de la primavera. Al respecto, el concejal de juventud, Manuel Heras, argumentó para justificar la postura del equipo de gobierno del PP que a veces los facultativos han tenido que atender a adolescentes de 13 años por intoxicación etílica .

Heras aclaró que lo que comenzó en su día como una fiesta universitaria derivó con el tiempo en un gigantesco botellón en el que la edad de los participantes era cada vez menor. Además, el edil añadió que la concentración masiva de jóvenes repercutía en las arcas públicas porque requería un dispositivo especial devigilancia y limpieza cuyo coste rondaba los 20.000 euros.