Estos son los 10 pueblos de Jaén con menos habitantes

Villarrodrigo. Con 387 vecinos, esta localidad se sitúa en el extremo nororiental de la provincia y es el pueblo con menos habitantes de Jaén. Formaba parte del antiguo Reino de Murcia, hasta que la división provincial de 1833 incluyó a Villarrodrigo en Jaén.

Benatae. Situado en la zona centro-norte de la Comarca de Sierra de Segura, este pueblo cuenta con 436 habitantes. Su nombre procede del gentilicio de una tribu de época musulmana.

Larva. Tiene 448 habitantes y se enclava a los pies de la Sierra de Larva, en la Comarca de Sierra Mágina. En los años cincuenta del siglo pasado llegó a sobrepasar los 2.000 vecinos.

Aldeaquemada. Otro de los pueblos con menos habitantes de Jaén es Aldeaquemada, al norte de la provincia. La localidad, que nació en tiempos de Carlos III, cuenta actualmente con 468 habitantes.

Génave. Este municipio, que colinda con el de Villarrodrigo, tiene 565 vecinos. Por su ubicación, Génave siempre ha sido un punto de encuentro entre la alta Andalucía y el Levante peninsular.

Hornos. El sexto pueblo con menos habitantes de Jaén es Hornos, situado en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Según el último INE, cuenta con 579 vecinos censados.

Espeluy. Esta localidad ubicada en la parte occidental de la provincia tiene 603 habitantes. En su paisaje destaca el castillo de la época califal. Allí fue socorrida Santa Teresa de Jesús tras sufrir un accidente en el río Guadalquivir.

Higuera de Calatrava. Cuenta con el mismo número de habitantes que Espeluy, 603. Esta localidad se ubica en la campiña de Martos, razón por la cual el nombre primigenio de este pueblo era Higuera de Martos.

Carboneros. Con 605 habitantes, esta localidad se sitúa en la Sierra Morena jienense, entre La Carolina y Guarromán. Es otra de las localidades fundadas por Carlos III en el siglo XVIII.

Santiago de Calatrava. Limita con Higuera de Calatrava y es el décimo pueblo con menos habitantes de Jaén. En concreto, cuenta con 678 habitantes. En el siglo XVI se independizó de Martos, cuyos territorios fueron donados a la Orden de Calatrava por el rey Fernando III en el siglo XIII.