Los ingenieros alertan: «Es muy fácil robar cable de cobre del AVE con total impunidad; hace falta vigilancia»
López-Escobar, decano del Colegio de Ingenieros de Minas del Sur, advierte del elevado daño causado con estas sustracciones
Andalucía, a la cola en inversión del Gobierno en la red del AVE

El enésimo robo de cable de cobre en la línea del AVE en la provincia de Toledo, que paralizó el transporte ferroviario de Madrid a Andalucía, ha reabierto el debate sobre la falta de seguridad en esta red estratégica. El roto que han hecho ... los autores del saqueo o «sabotaje» —según la tesis del ministro Óscar Puente— es enorme. Lo que van a ganar los ladrones con el metal expoliado, valorado por el ministerio en unos 300 euros, «es una miseria» en comparación con el daño que han causado en términos económicos y sociales, destaca Juan Ignacio López-Escobar, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Sur de España.
El hurto y el perjuicio no están en consonancia. «Reponer ese cable sustraído puede costarle al administrador de la infraestructura ferroviaria Adif entre 60.000 y 100.000 euros, según las cantidades que se están manejando», advierte a ABC. Es decir, el quebranto causado es hasta 200 veces superior al botín.
Este especialista apuesta por reforzar la vigilancia en infraestructuras vulnerables como la línea del AVE. «Está claro que algo hay que hacer porque resulta demasiado fácil robar con total impunidad. Falta más vigilancia y control porque se van a seguir produciendo incidentes como éste», señala López-Escobar.
Detector de cortes en la línea
Para este ingeniero de minas, «no es tan complicado mejorar la vigilancia» en la red ferroviaria que se extiende por casi 16.000 kilómetros. Para detectar cortes en un cable de cobre se pueden usar diferentes métodos como un multímetro, una prueba de continuidad o incluso un circuito de detección de cortes. «Existen pequeñas cargas que envían rápidamente una señal cuando se está manipulando una instalación estratégica como ésta», detalla.
El propio ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha dejado abierta la posibilidad de redoblar el control. «Ha sido una acción coordinada quien lo hacía sabía perfectamente dónde iba porque se trata de una zona sin cámaras», aseguró el pasado lunes. Abonaba así la tesis del sabotaje, que si bien no está descartada por el Gobierno se ha ido desinflando con el paso de las horas.
El cobre es un mineral muy codiciado. Si en una chatarrería pagan entre 20 y 30 céntimos por un kilo de hierro, por uno de cobre se abonan hasta 7 euros. Las penas a las que se enfrentan los ladrones son irrisorias. Un hurto, considerado un delito leve, se castiga con una multa si no supera los 400 euros. Por encima de esa cantidad se puede fijar una pena de entre 6 y 18 meses de prisión.
Reponer el cable sustraído en la línea de AVE puede costar hasta 200 veces más de lo que ganan los ladrones con el expolio
A ello se suma que es fácil de hacer borrar el rastro de su origen. Basta con llevarlo a la fundición, que lo recicla y lo puede sacar al mercado de nuevo. Además, es un material vital para la transformación energética y de vehículos eléctricos. Si un coche tradicional de combustible utiliza entre 20 y 25 kilos de cobre, uno eléctrico consume entre 70 y 100 kilos, destaca este ingeniero.
Un país fuertemenente industrializado como China es el principal destino del cobre legal o ilegal. Éste último se envía al país asiático oculto en contenedores de chatarra.
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