«Yo quise ser torero en el año 1982, pero tenía más miedo que vergüenza, Juan. No al toro, ni al becerro... a mi madre», relató el hombre, desatando las carcajadas del público y de un incrédulo Juan y Medio, que no pudo evitar soltar una risa ante semejante confesión. Fue entonces, cuando el presentador, curioso por saber más, preguntó rápidamente: «¿Por qué, tu madre qué te dijo?»
Y la respuesta no tardó en llegar: «Bueno... vosotros sabéis que antes, el Domingo de Ramos, se estrenaban cosas, ¿no? Una camisa nueva, unos pantalones, unos zapatos... lo que fuera. Pues mi madre no hizo otra cosa que, aquel día que sabíamos que me iban a echar una becerra, me dijo 'ponte esa ropa' , la nueva, la que tenía para Semana Santa».
El hombre continuó, mientras Juan y Medio lo miraba asombrado: «Lo único que me dijo fue: 'No te digo nada, no te digo nada cuando vuelvas...'» La frase, tan típica de las madres que no necesitan decir mucho para hacer entender el mensaje, dejó claro el temor que sentía el joven de aquellos años: la posibilidad de manchar su ropa nueva era un riesgo mucho mayor que enfrentarse al toro.
Juan y Medio, en tono de humor no pudo evitar añadir: «Es que cuando una madre dice 'no te digo na...' ya se acabó el toreo radicalmente». La risa en el platófue unánime. El hombre, reflexionando sobre lo sucedido, confesó: «Sí, sí, lo hizo bien, la verdad. ¡Una madre sabe lo que hace!»
Este momento de 'La tarde aquí y ahora' no solo nos recuerda las pequeñas y divertidas anécdotas de la infancia, sino también el impacto de las figuras maternas en nuestras decisiones y en la forma en que percibimos el mundo cuando somos niños. En este caso, el miedo a la regañina de la madre resultó ser más grande que el miedo al toro, un recuerdo que quedó grabado en la memoria de todos los presentes.
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