The Jesus and Mary Chain y The Lemon Twigs se suman a la primera edición del 'Degusta Fest' en Granada

Son muchos los grupos donde hay hermanos, pero los que más juego dan son los de hermanos que se llevan mal. Cuanto menos se soporten, mejor. Pioneros en eso fueron The Kinks, donde la brillante guitarra de Dave Davies siempre quedó oscurecida por el inmenso talento compositor de Ray, líder absoluto (y absolutista) de la banda.

Pero más ríos de tinta han corrido a cuenta de Liam y Noel Gallagher, cantante y compositor principal, respectivamente, de Oasis. Broncas en el escenario, espantadas, coléricas invectivas vertidas en los tabloides británicos… Se separaron y en 2025 se unen para una gira, lo cual muy probablemente no signifique que ahora se lleven a las mil maravillas. Y si no, al tiempo.

No obstante, quienes conocen a William y Jim Reid aseguran que, a su lado, lo de los hermanitos de Oasis es un remanso de paz. Los dos líderes de The Jesus and Mary Chain se llevan mal con el mundo entero, de hecho. Incluso con sus fans, y valga como ejemplo que, en un concierto, retrasaron deliberadamente su entrada al escenario durante casi dos horas para que el respetable se enfadara.

Después de los bolos, su costumbre no ha sido nunca disfrutar de unas cervezas y unos canapés con el resto de la banda y quienes llegaran a los camerinos; son más de encerrarse, gritarse los peores insultos a la cara y reprocharse los fallos que hubieran observado el uno en el otro, hasta el más nimio.

Y sin embargo, pese a ese carácter tan peculiar, los escoceses fueron capaces de cambiar el curso de la música, así como suena. Psychocandy, el primer álbum de The Jesus and Mary Chain, puede considerarse tan influyente como el debú de The Velvet Underground, a quienes por cierto les unen lazos musicales.

El disco que los hermanos Reid lanzaron en 1985 sonaba tan distorsionado que algunos compradores intentaron que en las tiendas de discos les devolvieran el dinero alegando que eso no podía ser normal. No entra a la primera, eso es evidente. Está lleno de pasajes chirriantes acompañados, paradójicamente, de voces susurrantes. Da la impresión de que alguien hubiera rociado las canciones –algunas de ellas, en realidad, plácidas baladas- con algún producto corrosivo.

Con Psychocandy abrieron caminos, crearon subgéneros musicales como el shoegazing y dejaron en shock a casi todos los que tuvieron la valentía de escucharlo. Después de eso, siguieron por la senda de la distorsión y su discografía posterior, para bien y sobre todo para mal, ha estado marcada por las comparaciones con su obra maestra inicial.

Lo mejor que se puede decir de ellos es que no se han matado el uno al otro, que el trabajo que sacaron en 2024 –Glasgow eyes, el octavo de su carrera- es más que digno y que siguen dispuestos a hacer giras como la que les traerá a Granada. Si el tiempo ha moldeado o no su carácter, es algo que se podrá comprobar en su actuación en el festival.

Brian y Michael D'Addario no se han pegado hachazos, ni físicos ni dialécticos, al menos que se sepa. Su grupo, The Lemon Twigs, es una llamada a la nostalgia, que como se sabe no es ni buena ni mala, sino inevitable. En sus canciones hay ecos de The Beach Boys o The Beatles, pero también se han acercado a estilos como el glam o la psicodelia.

Las de los estadounidenses The Lemon Twigs son canciones bien cantadas, su juego de voces es su seña de identidad, junto a una instrumentación clásica pero adaptada a los nuevos tiempos y una estética que recuerda a veces a los sesenta y otras a los setenta. Si en disco pueden tener un punto de empalago, en directo, según aseguran quienes les han visto, se muestran más potentes, más rockeros.

La tercera novedad del cartel son The Gulps, un quinteto formado por dos españoles, un francés, un italiano y un libanés que, en general, practica un rock marcado por las guitarras y con un cierto aire oscuro. Dicen que su objetivo es tocar en grandes estadios y están en manos de alguien que lo ha conseguido para otros, puesto que su manager es Alan McGee, el fundador del sello Creation. Donde empezaron, y esto es un poco volver al principio del artículo, Oasis.

Degusta Fest se presenta como un acontecimiento mixto, donde obviamente predomina la música pero que también reserva protagonismo para la gastronomía. De ahí que en Armilla también vayan a citarse reconocidos chefs procedentes de toda España. ¿Un festival donde se come bien? La cosa promete.