Granada estalla contra el aislamiento de Renfe: el nuevo tren a Málaga, sin billete de vuelta

Ante lo que se podía presuponer como un avance a la dificultad patente para comunicarse desde Granada con otras provincias andaluzas, la realidad es que, como ya ha pasado en otras ocasiones, el fin es netamente turístico. Nada hay encaminado a mejorar la movilidad ferroviaria.

El problema principal es que se cuenta con solo dos viajes entre las dos capitales al día. Desde la estación María Zambrano de Málaga se sale alrededor de las nueve de la mañana. En cambio, desde la Estación de Andaluces, en Granada, el tren parte a las siete de la tarde. En total, diez horas para el malagueño que viene a la ciudad de la Alhambra hasta coger su billete de vuelta después de pasar el día entero. Para el granadino, directamente no hay billete . Habrá de esperar al día siguiente.

No hace falta hacer más cuenta que esta para entender lo que a simple vista puede parecer solo una circunstancia desfavorecedora . El caso es que en lo que respecta a la capital granadina, llueve sobre mojado. Hay que tener en cuenta que el tan ansiado AVE a la capital del país que tardó más de una década en llegar y lo que iban a ser cuatro frecuencias en 2019 , con la llegada de la pandemia se quedó en dos. También con el mismo enfoque, el turismo, y con unos precios nada competitivos, tanto que en ocasiones es más barato ir en avión que en tren.

Así las cosas, incluso el pasado diciembre, Renfe daba a conocer a bombo y platillo una nueva frecuencia con Madrid con motivo de las fiestas navideñas. Eso sí, sin billete en Nochebuena ni Nochevieja para Granada. Finalmente la entidad ferroviaria rectificó, aunque tras una salida en tromba sin precedentes de todas las instituciones y agentes sociales en la provincia para ello.

La situación es tal, ya no solo en Granada, sino en otras capitales de Andalucía oriental, como es el claro caso de Jaén , que ni siquiera tiene tren con la granadina, que la Junta ha decidido tomar cartas en el asunto. La medida, anticipada por Fomento, y certificada por el presidente Juanma Moreno el pasado lunes, señaló la necesidad de mejorar la oferta y «responsabilizarse si otras administraciones no lo hacen».

Lo hacía precisamente desde Linares (Jaén) y apuntaba en este caso en el artículo 64 del Estatuto de Autonomía , una situación algo sui generis en tanto que la figura de Renfe , aunque ineficiente, había sido hasta el momento el blanco de las peticiones, pero posible a nivel legal.

Mientras tanto, en Granada la cuestión del Avant ha llegado a salpicar al propio alcalde, Paco Cuenca . La polémica en su relación con Fomento, sobre todo con la consejera, Marifrán Carazo , ha sido una constante desde hace meses. Ya fuera cuenta de la ampliación del Metro, del cierre del anillo de la Circunvalación u otros proyectos menores. La tensión acumulada en este tiempo, sumada al hecho de que el primer edil, del mismo signo político que el Gobierno actual que es quien hace oídos sordos y tiene las competencias de Renfe, siempre hizo bandera del asunto de la movilidad, hace que el asunto empiece a pasarle factura.

No en vano, en las últimas semanas desde el PP le han regalado sucesivas camisetas amarillas, símbolo de las manifestaciones en contra del aislamiento ferroviario en la capital y que capitaneó Cuenca para entonces . Sin embargo, por el momento las manifestaciones desde la alcaldía son escasas en este tema, que no obstante no parece menor de cara al futuro.

La expectativa del equipo de gobierno de colocar a Granada como sede de la Agencia y el Centro Nacional de Inteligencia Artificial ejemplifica el nuevo proyecto de futuro que tiene la ciudad. Todos los huevos están por ahora en esa cesta. Lo complejo será explicar la nueva posición que ocuparía Granada en ese presunto futuro frente a los otros polos tecnológicos andaluces, como Sevilla o Málaga, si apenas puede moverse entre ellas.