Santa Fe, el pueblo de Granada que se ha hecho famoso por advertir de los límites de 'tomar el fresco'
La Policía Local ha avisado de que puede retirar objetos de la calle si dificultan el paso o disolver reuniones donde se grite a deshoras
«Se ha tergiversado todo, por supuesto que no queremos prohibir una tradición tan arraigada, sólo garantizar la buena convivencia de todos», matizan los policías
Tomar el fresco, una costumbre de pueblo beneficiosa para la salud

Es una costumbre ancestral, no se puede decir con seguridad cuándo apareció, pero se mantiene, sobre todo en pueblos pequeños, de esos en los que todos o casi todos se conocen. Es una especie de liturgia que se repite cada año conforme, tirando de tópico, el calor llega para quedarse.
La tradición manda que, cuando el sol se oculta y entra la noche, ellos sacan de sus casas unas sillas y se sientan en la calle para aprovechar que la temperatura da un respiro. Opcionalmente sacan también algo para beber o picar, pero lo fundamental es reunirse para estar al fresco –nombre demasiado optimista en muchas veladas tórridas- charlar de sus cosas y abanicarse.
Nadie diría que eso es potencialmente delictivo, descrito así no tiene pinta de peligroso en absoluto. Pero el Ayuntamiento de Santa Fe, un municipio de Granada donde viven algo más de 15.000 habitantes, ha advertido por medio de su policía local de que eso puede «alterar la convivencia» y, si bien no ha anunciado sanciones, sí ha emitido una nota en la que asegura que, llegado el caso, podría retirar mesas y sillas.
Reconoce el escrito que la costumbre de tomar el fresco está «profundamente arraigada», pero también recuerda que el respeto a las normas «es esencial para garantizar una buena convivencia y preservar la seguridad de todos», por lo que pide a los vecinos que sean «comprensivos» si en un momento dado llegan los policías a retirar enseres de la vía pública.
«Que las calles sean transitables»
Leyendo entre líneas, está claro que la notificación de la Policía Local es para prevenir excesos, no para prohibir nada. Insisten en que no quieren acabar con la tradición, pero deben «asegurar que las aceras y las calles sigan siendo transitables», no se deben colocar objetos «que puedan comprometer la seguridad vial».
«Se trata de disfrutar sin perjudicar, especialmente a las personas mayores, con movilidad reducida o a familias con carritos de bebés», indican desde el cuerpo de seguridad, que pide «empatía» a quienes vean llegar a los agentes con intención de quitar algo que estorbe demasiado.
El alcalde del municipio, Juan Cobo (PP) no ha podido ser localizado por este periódico, pero un portavoz de la Policía Local ha afirmado que se trata del típico asunto que ha tomado más trascendencia de la que realmente tiene. «Es una simple advertencia, tomar el fresco es una tradición que no está prohibida por ninguna ordenanza municipal. Lo que pasa es que sí es verdad que a veces las reuniones en la calle se prolongan más de la cuenta, algunas personas gritan… y eso hay que entender que no debe permitirse, como tampoco que se ocupen las aceras y no se deje pasar a nadie», ha apuntado.
«Creo que en Santa Fe se ha entendido bien el sentido de lo que hemos escrito, aunque alguien interesadamente haya querido tergiversarlo, sobre todo a través de las redes. Nos llevamos muy bien con los que salen a tomar el fresco de noche, no queremos prohibir nada, sólo convivir de la mejor manera posible», ha insistido.
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