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El Rey aboga en Granada por superar los «días convulsos» y buscar un futuro en paz en la Cuenca Mediterránea

Felipe VI reclama un alto en fuego que acabe «con la muerte y la desolación» en Gaza para, después, encarar un futuro «sobre la solución de los dos estados»

El monarca aboga por una migración «ordenada, segura y regular» y por seguir luchando contra el «lado oscuro» de un fenómeno «que nos hace más iguales y más fuertes»

Granada se convierte en el epicentro del Mediterráneo con Felipe VI como testigo

El Rey, en su intervención en la Asamblea Parlamentaria de la Unión por el Mediterráneo antonio l. juárez
Guillermo Ortega

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El Rey Felipe VI ha inaugurado este jueves 3 de abril en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Granada la Asamblea Parlamentaria de la Unión por el Mediterráneo, un foro integrado por 43 países de Europa, Oriente Próximo, los Balcanes y el norte de África que tiene como objetivo garantizar el futuro, el desarrollo y el progreso en la zona.

Se trata de la aplicación del Proceso de Barcelona, también llamado Unión por el Mediterráneo, que se constituyó durante la Cumbre Euromediterránea de julio de 2008.Su órgano rector está compuesto por cuatro vicepresidencias: el Parlamento Europeo, el de Egipto, el de Marruecos y el español. Nuestro país ocupa la presidencia y durante las reuniones que se mantienen a lo largo de 2024 y 2025, el foco del debate se sitúa en «la situación migratoria en el Mediterráneo desde un enfoque integral».

No obstante, a lo largo de las jornadas de hoy y mañana están programados otros foros de diálogo sobre asuntos como el cambio climático, la igualdad de género o el empleo juvenil, y por supuesto la paz y la estabilidad en una región que está cerca de focos en conflicto. Entre otros invitados, participan la presidenta del Congreso de Diputados, Francina Armengol; la Comisaria para el Mediterráneo de la Unión Europea, Dubravkka Šuica; oe l presidente de la Cámara de Representantes de Egipto, Hanafy Gibaly.

El Rey ha dado a todos la bienvenida en una ciudad que, por su historia y su arte, es «ideal para hablar del futuro que queremos compartir». Granada «invita a una reflexión de carácter ético: qué lejos podemos llegar los pueblos de ambas orillas cuando el contacto y la convivencia se tornan en conocimiento y aprendizaje«.

En su discurso, el monarca ha puesto el acento en que el mundo vive «días convulsos» y en que el extremo oriental de la cuenca mediterránea «vuelve a estar, por desgracia, en el epicentro de la tensión, el conflicto y la tragedia. Las imágenes de sufrimiento y desolación nos hacen muy difícil hablar de esperanza y de futuro. Pero nuestros pueblos necesitan, ahora más que nunca, palabras capaces de alumbrar políticas de progreso, políticas que alcancen a todos».

El monarca se hace un selfi con uno de los asistentes antonio l. juárez

Sobre la migración, lema de la presidencia española en el citado foro, ha recalcado que la movilidad es «un fenómeno inherente a los pueblos, a las civilizaciones, al ser humano», y ese movimiento continuo «ha moldeado nuestro modo de ser, nos ha hecho más cercanos o iguales, e incluso más fuertes y abiertos al cambio».

Por eso, ese consenso en torno a la importancia del fenómeno migratorio «nos obliga a luchar contra sus lados más oscuros: las redes que operan al margen de los cauces legales, las mafias que trafican con personas y cuyas víctimas primeras son los propios migrantes: sus expectativas de futuro, su integración, sus derechos, su dignidad«. En ese sentido, ha abogado por »seguir trabajando por una migración ordenada, segura y regular y tratar de dar respuesta, entre todos, a los desafíos».

El Mediterráneo padece problemas de seguridad, eso no lo ha obviado Felipe VI. «Son muchas las regiones afectadas, muchos los conflictos, abiertos y latentes; y algunos, quedan, por completo, al margen del foco mediático», ha dicho, para ampliar su argumentación ciñéndose a la situación en Oriente Próximo.

«Con una desazón enorme hemos visto la interrupción de las negociaciones sobre Gaza y el regreso de los bombardeos e incursiones de combate que a diario causan más muertos y heridos, más desplazamientos y más destrucción. Todo, además, en un tiempo geopolítico que plantea enormes incertidumbres«, ha declarado, para a renglón seguido pedir que nadie se deje »ganar por el desánimo o el fatalismo« y se luche sin descanso »por el retorno al alto el fuego, la reanudación de las negociaciones, el regreso de los rehenes a sus casas y la entrada urgente de ayuda humanitaria».

Una vez conseguido todo lo anterior, ha especificado, habrá que seguir batallando desde la diplomacia por una paz «justa y duradera» sobre la base de la solución de los dos estados, una paz «que permita afrontar cuanto antes los trabajos de reconstrucción».

El Rey se dirige a la tribuna de oradores antonio l. juárez

El monarca también se ha referido a la situación en Líbano, donde se alcanzó en noviembre un alto el fuego que se debe «afianzar» y también a la de Siria, donde ha reclamado «una transición política pacífica e inclusiva, un proceso que respete la soberanía, la unidad y la integridad territorial del país».

Como el congreso también va a abordar la emergencia climática, Felipe VI ha incluido esta cuestión en su discurso para mencionar «el impacto grave y acelerado» de esa crisis. Combatirla «es un desafío inaplazable en una región de más de 500 millones de personas con un problema cada vez más acuciante de estrés hídrico».

«Sabemos las consecuencias de no afrontar con absoluta seriedad los riesgos climáticos en nuestra economía, en nuestra sociedad, en nuestro modo de vida, así que debemos seguir cooperando para hacer de la nuestra una región cada vez más resiliente y también neutra en términos de emisiones», ha demandado.

En cuanto a los jóvenes, otro asunto que se abordará en el foro, ha hecho votos por «cooperar en la creación de empleo juvenil de calidad, la formación profesional, el acceso a la tecnología y la igualdad de oportunidades. Demos a los jóvenes, a sus proyectos e iniciativas, ese impulso que necesitan para participar de la construcción de una sociedad futura, de una sociedad mejor».

«La erradicación de la violencia de género es un aprendizaje constante»

Naturalmente, ha defendido la erradicación de la violencia de género, la lucha por la igualdad y por «el lugar que le corresponde a la mujer», retos en los que España «lleva años apostando con firmeza por la igualdad, fruto de un sentir amplio y arraigado de la sociedad española que es hoy un signo distintivo también de nuestra política exterior».

«La igualdad es un proceso siempre en marcha, un aprendizaje constante que debemos abordar desde una perspectiva integral, que abarque la educación, el empleo, la sanidad, la economía, el mundo de la empresa, las administraciones públicas», ha enfatizado

La Unión por el Mediterráneo, que es la que aborda todas estas cuestiones en Granada, se ha consolidado, ha dicho el Rey, como «el mejor catalizador para el diálogo y la cooperación, el puente más sólido hacia un futuro posible de paz, estabilidad y bienestar compartido». Y ahora que se cumplen treinta años de la Declaración de Barcelona, el foro debe «renovar nuestro impulso con más fuerza aún».

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